Perspectiva Global

¿AMLOCALIPSIS?

A pesar del descalabro financiero global de grandes dimensiones y de algunos datos duros que ya nos dan idea del calibre de la recesión, para la mayoría de la población en México todavía ‘no se siente’.

Cuando inició la crisis económico-financiera global en septiembre de 2008, los mercados financieros sufrieron un gran descalabro, el desempleo en los Estados Unidos se empezó a elevar significativamente, las automotrices prácticamente dejaron de producir coches, el mundo entró en una profunda recesión y en México no se 'sentía' la recesión. Fue hasta 2009, precisamente cuando experimentamos el brote inicial epidémico de la influenza A(H1N1), cuando 'se empezó a sentir' la recesión. Entonces el PIB se contrajo 5.3 por ciento y la tasa de desempleo se elevó a niveles por arriba de 6 por ciento, que implicó una pérdida de más de un millón de empleos.

Hoy en día, considero que a pesar del descalabro financiero global de grandes dimensiones y de algunos datos duros que ya nos dan idea del calibre de la recesión, para la mayoría de la población en México, todavía 'no se siente'. Sin embargo, estamos muy próximos a sentirlo, sobre todo porque la cuarentena está teniendo un impacto muy importante en la actividad económica. Pero más importante todavía, que cuando a las empresas se les acabe el dinero en caja para hacer frente a semanas sin percibir ingresos, pero que a su vez, tengan que enfrentar los pagos de nómina, renta, luz, impuestos y cuota obrero-patronal del IMSS —entre otros—, tendrán que tomar la difícil decisión de despedir a su personal y en muchos casos, inclusive, cerrar sus empresas. Hablo de todo tipo de empresas. Desde el puesto de tacos de la esquina, hasta la fondita de Don Chuy, la tlapalería, los pequeños hoteles, hasta empresas de mayor envergadura.

¿Para qué se instrumentan las cuarentenas? Para 'aplanar' la curva de contagio, nos dicen los epidemiólogos. Así se restringe el número de contagios para que 'no se vaya al cielo' y así cuidar que el sistema de salud no quede rebasado. Desafortunadamente 'parar la economía' tiene un impacto negativo muy relevante en el PIB. Ni modo, debemos de cuidar la salud a costa de la economía. ¿Es esto así? ¿Debemos optar entre la salud o la economía? Algunos dicen: "Claro, el ser humano no está para servir a la economía, sino la economía para servir al ser humano". Yo creo que eso no tiene ningún sustento. La economía no es algo separado del ser humano. La economía —que etimológicamente significa 'ley de la casa'— la hace el ser humano y es parte intrínseca de las personas. En el extremo, para las personas que viven 'al día', tanto mata el Covid-19 como el no comer. Es este sentido, así como están las políticas de salud pública para 'aplanar' la curva de contagio, con el fin de que no se colapse el sistema de salud pública y se minimice la tasa de mortandad, así también existen las políticas públicas para 'aplanar' el impacto económico que recibe la economía por instrumentar las cuarentenas y que no se colapse esa parte intrínseca del ser humano, que es su economía. En resumen, se tienen que instrumentar políticas públicas que 'aplanen' ambas curvas.

He repetido hasta el cansancio que nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador pregonó sus promesas de campaña y las escribió muy claramente tanto en su libro La salida, como más recientemente en Hacia una economía moral. La gente votó de manera abrumadora por él. Así, nuestro presidente se siente totalmente legitimado a hacer lo que él prometió (e.g. programas sociales, refinería de Dos Bocas, el Tren Maya). Ha sido muy consistente durante su mandato y me queda claro que no se quiere 'salir del guion'. Por eso creo que no debió habernos sorprendido que el domingo pasado en su mensaje a la nación, no hayamos escuchado algún programa especial de política pública para 'aplanar' o aminorar el impacto económico de las cuarentenas por el Covid-19.

¿Qué va a pasar? ¿El AMLOcalipsis? Yo creo que no. Lo que creo que va a ocurrir es una serie de aspectos negativos —sin duda—, que se conjugarán con algunos positivos y con algo de suerte y el país seguirá adelante. ¿A qué me refiero? Recordemos que nuestro presidente no quería hacer caso al 'Quédate en casa' al principio luego, cuando la realidad lo alcanzó, se puso a promocionar el 'Quédate en casa'. Así, cuando se empiece a 'sentir' el brutal impacto económico de las cuarentenas, veremos a un presidente que para 'salvar al pueblo', instrumentará algunas medidas que no quería llevar a cabo en un principio. Se dará cuenta de que la austeridad no es lo mismo que las finanzas públicas sanas. Asimismo, el hecho de que el sector privado y algunos gobiernos estatales hayan tomado medidas de distanciamiento social desde el pasado 18 y 23 de marzo, también ayudará a que los casos de contagio y la tasa de mortandad no sean tan altos. Es más, con la suerte que tiene nuestro presidente, considero probable que la teoría de algunos científicos de que a mayor temperatura, baje el nivel de contagio de Covid-19, pueda apoyar. Así que no veo un 'AMLOcalipsos'. Veo un país que saldrá adelante, como siempre, desafortunadamente con algunos problemas graves que pudieron haberse evitado, sobre todo para la población más vulnerable.

Referencias: López Obrador, Andrés Manuel. 2018. La Salida. Decadencia y renacimiento de México. Ciudad de México: Ed. Planeta, 2017. Hacia una economía moral. Ciudad de México: Ed. Planeta, 2019.

* El autor es director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversionistas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF.

* Las opiniones que se expresan en esta columna no necesariamente coinciden con las del Grupo Financiero Banorte, ni del IMEF, por lo que son responsabilidad exclusiva del autor.

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