A raíz de su creación en septiembre de 2009, el Grupo de los Veinte o G20 ha sido el organismo internacional más relevante en materia de política económica del mundo. Hubiera sido mucho más difícil salir de la crisis económico-financiera global de 2008-2009 en ausencia de las acciones coordinadas del G20. El G20 está formado por 19 países —Alemania, Arabia Saudita, Australia, Argentina, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía—, y la Unión Europea, representados tanto por la Comisión Europea, como por el Banco Central Europeo (ECB), de manera colectiva. A pesar de que veinte países representan el 10.4 por ciento de los 193 países del mundo, el G20 representa más del 90 por ciento del PIB global, poco más de 65 por ciento de la población mundial, alrededor del 50 por ciento del territorio del planeta y cerca del 80 por ciento del comercio internacional.
La presidencia de este organismo se va rotando cada año. Hace dos años la presidencia la lideró Argentina, el año pasado fue Japón y este año le corresponde al Reino de Arabia Saudita. El título de la agenda de este año es "Poniendo al alcance de todos las oportunidades que brinda el Siglo XXI" y tiene tres objetivos: (1) Empoderar a las personas mediante la creación de las condiciones en las que especialmente mujeres y jóvenes puedan vivir, trabajar y desarrollarse; (2) salvaguardar el planeta propiciando esfuerzos conjuntos para proteger los bienes públicos comunes; y (3) dar forma a nuevas fronteras mediante la adopción de estrategias atrevidas de largo plazo para compartir los beneficios de la innovación y el avance tecnológico. En la actualidad es difícil lograr acciones coordinadas para mejorar el mundo, particularmente por la ola de populismo nacionalista en muchos lugares de nuestro planeta. Por ello es muy importante que continúen estos esfuerzos, como las reuniones cumbre del G20.
Considero muy relevante que Arabia Saudita sea quien lidere el G20 por primera vez, sobre todo tomando en cuenta que desde su coronación en junio de 2017, el rey Mohammed bin Salman (33 años) ha instrumentado una serie de cambios muy importantes, sobre todo en torno a los derechos de las mujeres. Por ejemplo, ahora las mujeres pueden registrar nacimientos, matrimonios, divorcios y fallecimientos, derecho exclusivo para los hombres, en el pasado. Asimismo, las mujeres ahora pueden tramitar su pasaporte por ellas mismas y si son mayores de 21 años, pueden salir de viaje y cruzar la frontera saudí sin necesidad de contar con el permiso explícito de su esposo o guardián masculino. Bajo el reinado de bin Salman también se eliminó la prohibición para que las mujeres puedan conducir automóviles y en septiembre del año pasado comenzaron a otorgar visas para turistas por primera vez, ya que antes solo se otorgaban para peregrinos, empresarios y trabajadores. Así es que considero muy importante que Arabia Saudita lidere el G20 para que continúe su proceso de apertura.
La economía de Arabia Saudita —cuya área territorial es muy similar a la de México (un millón 950 mil kilómetros cuadrados) con dos millones 150 mil kilómetros cuadrados—, generó un PIB nominal de poco más de 760 mil millones de dólares en 2019, ubicándola como la economía número 17 del mundo, un lugar por debajo de Indonesia (#16) y dos lugares debajo de México (#15), pero un escalón arriba de Turquía (#18) y dos de Argentina (#19). En términos de población, Arabia Saudita se ubica en el lugar #19, con una población de poco más de 33 millones de personas, entre Canadá (#18) y Australia (#20), en donde México ocupa el noveno lugar con cerca de 125 millones de personas. Así, el PIB per cápita en Arabia Saudita es de casi 23,000 dólares al año, ubicándolo en el onceavo lugar del G20, por debajo de Corea del Sur (#10) y por arriba de Rusia (#12). Aquí, al igual que en el PIB, México se ubica en el quinceavo lugar, con un PIB per cápita de casi 10 mil dólares. En cuanto a la estructura de la economía saudí, la industria petrolera en su conjunto suma 42 por ciento del PIB (México: 3.8 por ciento), 90 por ciento de sus exportaciones (México: 5.6 por ciento) y 87 por ciento de sus ingresos fiscales (México: 18 por ciento). En este sentido, dentro de su territorio, Arabia Saudita posee la segunda reserva petrolera más grande del mundo, con 17.2 por ciento de las reservas probadas del planeta (México: 0.4 por ciento).
La empresa más importante de Arabia Saudita es Saudi Aramco, que hasta poco más de un mes era solamente del gobierno, como lo es hoy Petróleos Mexicanos. En este sentido, cabe señalar que desde hace muchos años los gobernantes saudís han querido diversificar su economía, con poco éxito. No obstante lo anterior, el rey Bin Salman ha puesto este objetivo como prioridad —sobre todo sabiendo que no le quedan muchos años al petróleo como principal combustible del mundo—, y en diciembre del año pasado emitió acciones representando el 1.5 por ciento de la empresa, para que participaran inversionistas de todo el mundo, por un monto de 25.6 mil millones de dólares. Así, con los recursos recabados se van a desarrollar otras industrias en el país.
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