Pasado mañana, el Banco de México dará a conocer su decisión de política monetaria, después de que la Junta de Gobierno sostenga su reunión programada. Es muy probable que los miembros de la Junta de Gobierno decidan disminuir la tasa de referencia, al menos en 50 puntos base (0.50 puntos porcentuales) a 5.50 por ciento. Esto es lo que anticipamos en el equipo de análisis del Grupo Financiero Banorte, que tengo el privilegio de dirigir. Asimismo, esa es la expectativa del consenso de los analistas de mercado en la encuesta Citibanamex, en donde 86 por ciento anticipan un recorte de 50 puntos base (pb), 11 por ciento una disminución de 25pb y 3 por ciento una reducción de 75pb. La encuesta captura un mayor riesgo de que la Junta de Gobierno del Banco de México decida recortar 25pb, que de una disminución de 75pb, en caso de no darse el escenario base. No obstante lo anterior, considero que el sesgo real de la Junta de Gobierno se encuentra inclinado a llevar a cabo un recorte mayor, no menor. Es más, considero que la decisión que conoceremos este jueves no será unánime. Veo muy probable que dos miembros (de cinco) de la Junta de Gobierno voten por una reducción mayor. En mi opinión, esto será una señal de que en su siguiente decisión, Banxico pueda recortar la tasa de interés a un ritmo mayor. En lo que resta de este espacio comentaré sobre los tres factores que creo que tendrán mayor incidencia en la decisión de nuestro Instituto Central.
(1) Inflación lo permite. El último dato de inflación anual —dado a conocer la semana pasada—, se ubicó en 2.15 por ciento, en abril, el segundo nivel más bajo de la historia, después del 2.13 por ciento de diciembre de 2015. Por su parte, las expectativas de la inflación para fin de año se encuentran en 3 por ciento, utilizando la misma encuesta que mencioné en el primer párrafo. Así, la inflación —la condición más importante—-, sin duda permite a la Junta de Gobierno bajar la tasa de referencia.
(2) Crecimiento económico lo amerita. Las expectativas de crecimiento para este año y el que sigue se han deteriorado significativamente por la recesión global y local que propiciaron las políticas de distanciamiento social instrumentadas para atajar la pandemia de Covid-19 y el ambiente poco propicio para la inversión en nuestro país. En la encuesta que publicó el Banco de México la semana pasada, la mediana de la tasa de crecimiento del PIB, entre los especialistas consultados, se ubicó en -7.1 por ciento para 2020 (Banorte: -7.8 por ciento) y 2.2 por ciento para 2021 (Banorte: 1.5 por ciento) y en la encuesta Citibanamex en -7.5 por ciento y 2.5 por ciento, respectivamente. Si se materializa este escenario, México experimentará su peor recesión económica de la historia (desde 1980 que se tiene la serie disponible en el Inegi). Sin duda esto amerita e inclusive requiere que el Banco de México disminuya la tasa de referencia, máxime si tomamos en cuenta que la respuesta fiscal en México ha sido muy limitada.
(3) Entorno global lo permite. La respuesta de política económica a nivel global ha sido muy significativa. Al menos 62 bancos centrales en el mundo han recortado su tasa de interés de referencia de marzo a la fecha, algunos en más de una ocasión e incluso algunos han llevado su tasa de interés nominal a terreno negativo. Adicionalmente, varios han instrumentado estímulos cuantitativos con montos sin precedentes. Asimismo, los paquetes de estímulo fiscal a nivel global no se han quedado atrás, con montos equivalentes a 5, 10 y hasta 20 por ciento del PIB (México: 0.62 por ciento).
¿Por qué Banxico no recorta 75, 100 o 150pb de una vez? Todos los argumentos anteriores validan una respuesta mucho más contundente y oportuna de parte del Banco de México. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que, por ejemplo, a diferencia de Brasil, cuyo banco central ha reducido la tasa 200pb de marzo a la fecha y se espera que la disminuyan aún más hacia delante: (1) En México, el beneficio de relajar nuestra política monetaria es mucho más limitado (penetración crediticia en México: 18 por ciento del PIB; Brasil: >50 por ciento); y (2) México está más expuesto a una salida de capitales por ser una economía mucho más abierta (el doble que Brasil) y con un altísimo volumen de operación diario de nuestra moneda (la segunda más operada del mundo emergente y casi el doble del real de Brasil). Considero que este ejemplo ilustra la razón principal por la cual varios miembros de la Junta de Gobierno del Banco de México han propiciado que el ajuste monetario en nuestro país se lleve a cabo con mayor cautela, relativa a otros bancos centrales. Asimismo, una vez que disminuya el temor por la pandemia, nos encontraremos en otro episodio de alta volatilidad en los mercados financieros internacionales: La campaña presidencial de Estados Unidos.
* El autor es director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversionistas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF.
* Las opiniones que se expresan en esta columna no necesariamente coinciden con las del Grupo Financiero Banorte, ni del IMEF, por lo que son responsabilidad exclusiva del autor.