Perspectiva Global

Complicado entorno macroeconómico global y local

Es muy importante un 'golpe de timón' del gobierno, que brinde certeza en torno a las 'reglas del juego' para que se restablezca la confianza.

Ha continuado el deterioro de las condiciones macroeconómicas a nivel global y local. Esto se ha exacerbado por el incremento de los riesgos geopolíticos, a pesar de los esfuerzos de los bancos centrales a nivel global, que han adoptado un sesgo acomodaticio ('G20 2019 – Rescatando la globalización', 11 de junio). En nuestro país, la desaceleración económica que usualmente ocurre durante un primer año de gobierno se ha acentuado por algunos factores adicionales ('Se acentúa la desaceleración económica', 18 de junio). En lo que resta de este espacio comentaré sobre las particularidades de este deterioro tanto a nivel global, como local.

Economía global. Los indicadores manufactureros han continuado observando un mayor deterioro conforme ha ido avanzando el año, tal que en varios países y regiones del mundo éstos ya se encuentran en terreno de 'contracción'. Por su parte, los indicadores relacionados con la industria de servicios se encuentran en franca tendencia de desaceleración. Así, los factores más relevantes que por el momento pueden influir en adelantar o retrasar la siguiente recesión o hacerla más o menos profunda, son los riesgos geopolíticos y la política monetaria. Por un lado, todo parece indicar que los riesgos geopolíticos llegaron para quedarse. Los diferentes frentes que ha ido abriendo el presidente de EU, Trump, con China y la Eurozona en el terreno comercial y tecnológico, así como con Irán y Corea del Norte en el terreno militar y en contra de su propio Banco Central, con las duras e infundadas críticas al Banco de la Reserva Federal (Fed), no solo han propiciado un incremento importante de la volatilidad en los mercados financieros internacionales, sino una elevación significativa del nivel de incertidumbre, que está afectando la inversión. Si bien los riesgos geopolíticos continúan concentrados alrededor del presidente Trump, sobre todo con China, se avizoran riesgos incrementales en Europa por el Brexit (i.e. desincorporación del Reino Unido de la Unión Europea) y la aparente ingobernabilidad en varios países, destacando Italia. Por otro lado, más de cincuenta bancos centrales en el mundo —incluido el Fed y el Banco de México—, han bajado sus tasas de interés de referencia este año. Asimismo, varios bancos centrales han ajustado sus estímulos cuantitativos, desde poner fin a la disminución en su balance, como en el caso del Fed, hasta otros, como el Banco Central Europeo (ECB), que están a punto de reiniciar la compra de activos/inyección de liquidez.

Economía mexicana. La economía de nuestro país se continúa desacelerando. Como he comentado con anterioridad, ya no solo es la desaceleración que se ha observado usualmente en los primeros años de sexenio, como el actual, sino que ha habido varios choques internos de carácter transitorio que han restado dinamismo a la actividad económica, particularmente cuatro: (1) Desabasto de gasolina cuando inició el combate al 'huachicoleo'; (2) huelgas en el sector maquilador de Tamaulipas; (3) bloqueo de vías férreas en Michoacán; y (4) suspensión generalizada e indefinida de obras de construcción en CDMX. Sin embargo, lo que más está afectando la actividad económica hoy en día, en mi opinión, es la falta de confianza para que los empresarios inviertan o para que los consumidores adquieran bienes duraderos (e.g. línea blanca, automóviles). Para estas fechas en otros sexenios ya veíamos reactivación de proyectos de inversión e incremento de compras de bienes duraderos y hoy todavía no está ocurriendo. A pesar de las buenas intenciones y los esfuerzos del Presidente por brindar certidumbre, la confianza para invertir se ha visto mermada por acciones como el arbitraje de los contratos de los ductos de la Compañía Federal de Electricidad (CFE), así como varias iniciativas de los legisladores que hacen que no se vean claras las 'reglas del juego' para que inversionistas, empresarios y consumidores tomen decisiones que impulsen la economía. No solo son las iniciativas para remover las concesiones de las mineras, la de eliminación de comisiones bancarias, la de utilización de reservas internacionales para financiar infraestructura, sino que se unen a los dos intentos recientes por validar de alguna manera la expropiación de la propiedad privada en la CDMX: (1) El artículo 60 de la Ley de Derechos Humanos y Garantías Individuales de la CMDX, una ley que se aprobó se hizo vigente el 8 de febrero de este año y que validaba el no pago de inquilinos, prohibía la evicción y promovía las invasiones a casas y terrenos. Afortunadamente este artículo fue abrogado; y (2) la iniciativa de la Ley de Extinción de Dominio de la CDMX, que promueve la expropiación de bienes inmuebles automáticamente con solo violar los sellos de suspensión de obra. Es muy importante que nuestro gobierno dé un 'golpe de timón' pronto, que brinde mayor certeza en torno a las 'reglas del juego', para que se restablezca la confianza necesaria y el crecimiento económico de México pueda, al menos, revertirse al 2.3 por ciento promedio de los últimos 30 años.

*El autor es director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversionistas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF.

Las opiniones que se expresan en esta columna no necesariamente coinciden con las del Grupo Financiero Banorte, ni del IMEF, por lo que son responsabilidad exclusiva del autor.

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