Nos encontramos experimentando la peor recesión económica desde 1932. La inflación se ve controlada, juzgando por las expectativas de inflación, en 3.43 por ciento a 12 meses o 3.50 por ciento para fin de 2021, utilizando como referencia la última encuesta de expectativas que levanta mensualmente el Banco de México entre especialistas. Asimismo, en contraste con la mayoría de los gobiernos en el mundo que han instrumentado paquetes de estímulo fiscal sin precedentes, el esfuerzo fiscal en México ha sido muy limitado. Por su parte, la volatilidad del tipo de cambio ha disminuido considerablemente de casi 40 por ciento en marzo a prácticamente la mitad, 20.15 por ciento (observando la volatilidad de las opciones de tipo de cambio peso-dólar a un mes 'at the money forward'), que es uno de los aspectos que toma en cuenta la Junta de Gobierno del Banco de México para medir la sensibilidad de los flujos de capital. Así, todo pareciera indicar que Banxico debería de continuar el ciclo de baja de tasas, que ya lleva 400 puntos base (pb), de 8.25 en agosto de 2019, a 4.25 por ciento actualmente. De hecho, la mitad de los analistas encuestados por Citibanamex anticipa una disminución de 25pb en la próxima reunión de política monetaria del 12 de noviembre. No obstante lo anterior, la otra mitad espera que la Junta de Gobierno deje la tasa de referencia sin cambio en 4.25 por ciento. ¿Por qué la divergencia? Considero que para poder ofrecer una respuesta sensata es necesario dividir la respuesta en dos.
(1) Inflación. Las tasas de inflación anual, tanto general como subyacente se han ubicado alrededor de 4.0 por ciento en las últimas cinco quincenas. Esto no debe ser tan importante como las expectativas que mencioné anteriormente. Sin embargo, una pregunta que se hacen muchos economistas a nivel global es cómo es posible que con la severidad del choque que está viviendo la actividad económica a nivel mundial, la inflación no pueda ceder en México, como sí ha ocurrido en la mayoría de las economías emergentes. En Brasil, por ejemplo, la inflación general cayó de 4.34 por ciento en enero, a 1.92 por ciento en junio y lo mismo ocurrió en Chile, en donde la inflación disminuyó de 3.90 por ciento en febrero, a 2.40 por ciento en agosto. Esta es una de las razones por las que a pesar de que Banxico ha sido más agresivo recortando tasas de interés este año (300pb), que Brasil (250pb) o Chile (125pb), el nivel de la tasa de interés nominal sigue siendo mucho más alta en nuestro país (México: 4.25 por ciento; Brasil: 2.00 por ciento; Chile: 0.50 por ciento). Regresando a México y haciendo proyecciones hacia 2021, uno de los temas conocidos que más podría haber elevado la tasa de inflación anual era la posible aprobación de la cuota compensatoria del IEPS de las gasolinas, en donde estimamos un incremento de cerca de 50pb. No obstante lo anterior, la Cámara de Diputados no aprobó esta iniciativa, por lo que a pesar de que la inflación se encuentra en niveles mucho más altos que en otros países emergentes, cuya tasa de referencia está mucho más baja, las expectativas para la inflación en 2021 son promisorias. Así, la divergencia parece estar entre la inflación actual y las expectativas.
(2) Elecciones en EU. Considero que la divergencia entre analistas también se puede explicar por la posibilidad —no negligible—, de que no tengamos un claro ganador en las elecciones que se están llevando a cabo el día de hoy en Estados Unidos. Esto puede ocurrir si, por ejemplo, el candidato demócrata, Joe Biden, gana por una diferencia mínima, de menos de cuatro puntos porcentuales, por ejemplo. En este sentido, el actual presidente Donald Trump ha sido muy explícito en que podría no reconocer el resultado de la elección si no le es favorable, echándole la culpa al proceso de votación por correo, en donde argumenta que hay fraude. Esto podría propiciar que no sólo no sepamos el resultado de la elección hoy por la noche en los próximos días, sino que puedan pasar hasta meses ("Proceso electoral en EU: ¿Está en peligro la democracia?", 13 de octubre). Si esto ocurriera, marcaría el inicio de un episodio de aversión al riesgo importante en donde normalmente el valor de las emisoras que cotizan en las bolsas de valores tiende a caer y sobre todo, el dólar tiene a fortalecerse.
Hay muchas otras consideraciones que tanto la Junta de Gobierno, como los analistas toman en cuenta, incluyendo el análisis costo-beneficio entre: (a) El poco beneficio adicional que pueden brindar más recortes de tasa de interés a la economía, principalmente debido a la baja penetración crediticia de nuestro país; y (b) el costo que pueden generar al bajarla en materia de estabilidad financiera de nuestro país, con una potencial salida abrupta de capitales y la depreciación cambiaria que podría propiciar, que no parece una circunstancia relevante en la actualidad, con un ambiente de bajas tasas a nivel global por un largo periodo de tiempo. Así, a manera de conclusión, considero que el factor más importante de corto plazo para poder pronosticar la decisión de la Junta de Gobierno de Banxico la próxima semana será si tenemos o no un claro ganador en las elecciones de EU en los próximos días.
Director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversionistas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional del Estudios Económicos del IMEF. Las opiniones que se expresan en esta columna no necesariamente coinciden con las del Grupo Financiero Banorte, ni del IMEF, por lo que son responsabilidad exclusiva del autor.