Perspectiva Global

El impacto humano y económico del Covid y la recuperación

‘El año en el que el mundo se detuvo’ va a representar pérdidas por más de siete billones de dólares y más de 150 países enfrentarán una contracción económica.

Hoy se cumplen 168 días desde ese 24 de marzo en el que inició la instrumentación masiva de políticas de confinamiento en México. En esta 'cuarentena extendida' —de 24 semanas o cinco meses y medio— todos los días vemos los números que arroja la pandemia por Covid-19. Hasta ayer en la noche ya se contaban cerca de 28 millones de contagios acumulados en el mundo y casi un millón de muy lamentables fallecimientos a nivel global. Sin duda nos entristece mucho enterarnos de personas que pierden la batalla contra este mal del que todavía nos hace falta mucho por conocer.

No obstante lo anterior, siento que a veces faltan algunas referencias para sensibilizarnos tanto del costo humano, como del impacto económico que está teniendo la pandemia. Así, después de reflexionar sobre este tema, al estar escribiendo algunas líneas para complementar el comunicado del Indicador IMEF, recordé algunas guerras y eventos relevantes de la historia contemporánea, que podrían tener bajas humanas similares a lo que hoy vivimos.

El número de personas que han fallecido este año —víctimas de Covid-19— es muy cercano a la cota superior de las estimaciones sobre las personas que perdieron la vida en la guerra civil estadounidense (1861-1865) o en la guerra civil española (1936-1939). En el caso particular de Estados Unidos, se han tenido que lamentar cerca de 200 mil fallecimientos, más de 60 veces el número de personas que murieron en el trágico episodio del 11 de septiembre de 2011. En México, las cerca de 70 mil muertes representan poco más de tres veces la cifra negra de los sismos de septiembre de 1985.

Por el lado económico, 'el año en el que el mundo se detuvo' va a representar pérdidas por más de siete billones de dólares en 2020 (trillones anglosajones), tomando en cuenta los pronósticos de crecimiento del PIB del Fondo Monetario Internacional (FMI). Esto representa casi 5.0 por ciento del PIB global, cerca del 35 por ciento del PIB de Estados Unidos y más de cinco veces el PIB de México. Para tener una referencia de la extensión geográfica del impacto económico de la pandemia, se espera que más de 150 países enfrenten una contracción económica este año —de los casi 200 países miembros del FMI—, un número muy superior a los 91 países que observaron una tasa de crecimiento negativa en 2009.

La propia naturaleza de la pandemia y la falta de vacuna y tratamiento eficaz hace que la recuperación se vea frágil, difícil y prolongada, como se tituló el comunicado del Indicador IMEF de julio. Desafortunadamente, la pandemia llegó en una fase extendida del ciclo económico global, que llevaba casi una década, cuando en promedio han registrado una duración de cinco años en los últimos 50 años. Asimismo, en muchos casos no se habían adoptado ciertas tecnologías ya disponibles y la pandemia ha exacerbado la adopción de tecnologías a una velocidad inusitada. La combinación de estos tres factores (la naturaleza de la pandemia, la fase del ciclo y la acelerada adopción de tecnología) hace que el choque en la actividad económica sea mucho más incierto.

Adicionalmente, la variable que usualmente responde de manera rezagada tanto en el choque negativo, como en el positivo, es el empleo. Así, aunque cada mes hemos visto una reducción en la pérdida de trabajadores registrados en el IMSS, la historia del reporte de empleo del Inegi no parece promisoria. La tasa de desempleo despegó de niveles cercanos a 3.3 por ciento en marzo a 5.4 en julio. Sin embargo, en el detalle del reporte se aprecia una realidad potencial complicada que, de materializarse, podríamos observar tasas de desempleo estructural mucho más altas hacia delante. Nos referimos al número de personas 'disponibles para trabajar'. En este rubro se registraban alrededor de seis millones de personas en marzo y se exacerbó a veinte millones entre abril y mayo, aproximadamente. Afortunadamente este número ya disminuyó a niveles cercanos a trece millones. De cualquier manera, estas personas que dicen no tener empleo, pero a la vez, no estarlo buscando activamente pueden eventualmente reclasificarse a 'desocupados'.

Las expectativas para 2021 en México son muy distintas a lo que las tasas de crecimiento del PIB observaron en recesiones pasadas. En los ochenta y noventa, así como en la recesión de 2008-2009, el PIB crecía a tasas con magnitud similar a las caídas en la recesión. En 1994, por ejemplo, el PIB retrocedió 6.3 por ciento y en 1995 creció 6.8. Asimismo, en la crisis económica-financiera global de 2008-2009, el PIB registró una caída de 5.3 por ciento en 2009 y en 2010 creció 5.1. Este comportamiento es muy distinto al anticipado para 2021. La fuerte caída en la inversión, así como en los indicadores de confianza empresarial, y la falta de apoyos fiscales a las empresas —para preservar el empleo—, han hecho que los analistas sitúen los pronósticos de crecimiento para el año que entra en alrededor de 3.0 por ciento solamente.

* El autor es director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversionistas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF.

* Las opiniones que se expresan en esta columna no necesariamente coinciden con las del Grupo Financiero Banorte, ni del IMEF, por lo que son responsabilidad exclusiva del autor.

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