Perspectiva Global

Mejor perspectiva económica para México en 2020 y 2021

Los datos sobre actividad económica más reciente en México muestran que la reactivación está ocurriendo de manera más rápida de la que originalmente anticipamos.

Al parecer, la reactivación económica en nuestro país está ocurriendo de manera más rápida de la que originalmente anticipamos. Así lo sugieren datos oportunos y de muy alta frecuencia sobre movilidad en México, como es el caso del número de búsquedas de Apple Maps en nuestro país. En este sentido, el comportamiento de las búsquedas que llevan a cabo las personas que se mueven manejando automóvil propio o que van caminando, se encuentran muy cerca de los niveles pre-Covid —después de un desplome significativo en marzo y abril—, mientras que si bien ha habido cierta reactivación para quienes utilizan transporte público, los niveles de búsqueda todavía se encuentran lejos de los observados antes de la pandemia. Sabemos que la mayoría de la población no cuenta con un iPhone, ni que utilizan la aplicación de Apple Maps para ubicar la mejor trayectoria hacia su destino, pero consideramos que sí hay 'masa crítica' suficiente para poder extraer información relevante al respecto. De hecho, los datos sobre actividad económica más reciente en México, así como de manufactura y de ventas al menudeo —particularmente de automóviles— en Estados Unidos, han refrendado lo que los indicadores de movilidad están sugiriendo.

Así, en el equipo de análisis económico de Grupo Financiero Banorte, que tengo el privilegio de liderar, los modelos de pronóstico de corto plazo apuntan a la posibilidad de que el PIB observe una tasa de crecimiento trimestral de cerca de 11.0 por ciento en el tercer trimestre de este año, después de una caída de 17.1 por ciento en 2T20, la peor desde 1980 —desde que Inegi tiene disponible la serie trimestral—, y de cerca de 3.0 por ciento en 4T20. Así, recientemente revisamos nuestra proyección de crecimiento del PIB para 2020 de -9.8, a -9.0 por ciento. Si bien continúa siendo la peor caída desde 1932 —utilizando una serie de tiempo histórica, obtenida a partir de un esfuerzo de 'arqueología económica' liderado por el subgobernador del Banco de México, Jonathan Heath—, al menos es menor a la que se sugería anteriormente, cercana a la caída de doble dígito, que muchos analistas han pronosticado. De hecho, el consenso de analistas sobre el crecimiento del PIB para 2020 en la última encuesta del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) —publicada el 13 de octubre pasado—, se encuentra en -10.0 por ciento.

Ahora, sobre el pronóstico de Banorte para 2021, la situación en la que nos encontramos —experimentando la peor recesión desde 1932 y la naturaleza de ésta—, hace muy difícil ofrecer un número que no esté sujeto a grandes variaciones. Así, nuestros modelos 'estándar', en donde incorporamos también la desafortunada falta de confianza actual para invertir en nuestro país —principalmente generada a partir del uso de consultas ciudadanas de dudosa representatividad para decidir la continuidad de proyectos de inversión del sector privado, así como el incesante activismo legislativo con iniciativas antimercado, aunque afortunadamente ninguna haya prosperado—, nos arrojaba un crecimiento incipiente de 1.8 por ciento para 2021.

Cabe señalar que esta tasa denotaba una recuperación muy poco vigorosa en comparación con la recuperación observada en las recesiones anteriores, en las que la magnitud de crecimiento del PIB el año siguiente de la recesión era similar a la caída, pero con signo positivo (1995: -6.3 por ciento; 1996: +6.8 por ciento; 2009: -5.3 por ciento; 2010: +5.1 por ciento). Con esto en mente, así como la reactivación económica más rápida que estamos observando este año, nos dimos a la tarea de construir un modelo de pronóstico diferente. Así como hicimos uno que se adecuaba a la fuerte caída explicada por el cierre temporal de actividades para este año, ahora construimos un modelo fundamentado en el porcentaje de actividad económica de cada una de las 20 subramas que el Inegi publica del PIB por el lado de la oferta agregada, con respecto al último pico reciente de la actividad económica, que se observó en 2018. Esto no sólo nos permitió comparar el comportamiento de estas series en las últimas recesiones, sino incorporar las diferencias que la propia naturaleza de la pandemia ha provocado, así como algunos otros cambios estructurales que están ocurriendo (e.g. la alta probabilidad de que en muchos casos el 'teletrabajo' haya llegado para quedarse). Así, este enfoque nos arrojó como resultado una tasa de crecimiento de 4.1 por ciento para 2021, mucho mayor que el 1.8 por ciento que nuestro enfoque 'estándar' había sugerido y mayor que el consenso de mercado en 3.2 por ciento (última encuesta Banxico). Asimismo, nuestra nueva proyección nos coloca mucho más cerca del 4.6 por ciento que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público pronosticó en el documento de Criterios Generales de Política Económica, entregado a la Cámara de Diputados el pasado 8 de septiembre, en donde si bien la calificamos como optimista, también comentamos que era asequible.

En este mismo sentido, recientemente el Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó sus pronósticos de crecimiento del PIB para varios países, incluyendo el de México, de -10.5 a -9.0 por ciento para este año y de 3.3 a 3.5 por ciento para 2021.

*El autor es director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversionistas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional del Estudios Económicos del IMEF. Las opiniones que se expresan en esta columna no necesariamente coinciden con las del Grupo Financiero Banorte, ni del IMEF, por lo que son responsabilidad exclusiva del autor.

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