Perspectiva Global

México: rápida reactivación, difícil recuperación

México consideró a la industria automotriz como actividad esencial a partir de mayo; sin embargo, la inversión continúa prácticamente estancada.

No hay duda de que la actividad económica se ha reactivado de manera substancial e inclusive más rápido de lo que anticipaba. El PIB creció 12.0 por ciento en el tercer trimestre, con respecto al segundo −utilizando la serie desestacionalizada−, después de caer 17.1 por ciento en 2T20. El componente que más creció de lado de la oferta agregada fue el industrial, que observó una tasa de crecimiento trimestral de 22.0 por ciento en 3T20, después de una caída de 23.4 por ciento en 2T20. Esto se debe a que nuestro país se benefició del paquete de estímulo fiscal en Estados Unidos y que en México se consideró a la industria automotriz como actividad esencial a partir de mayo.

Así, las exportaciones totales crecieron 76.1 por ciento en junio a tasa mensual, después de haber caído 37.0 por ciento en abril y 21.8 por ciento en mayo, impulsadas por las exportaciones manufactureras, que observaron un incremento de 84.2 por ciento en junio −después de caídas de 38.9 y 24.4 por ciento en abril y mayo, respectivamente−, en donde las exportaciones automotrices observaron un crecimiento casi exponencial de 528.4 por ciento en junio, después de descensos de 77.6 y 48.0 por ciento en abril y mayo. De hecho, la producción automotriz cayó 98.9 por ciento en abril, con respecto al mismo mes de 2019. Sin embargo, en junio observó un crecimiento de 1.3 por ciento con respecto a junio del año pasado, reflejando una recuperación de más de 100.0 por ciento por arriba de los niveles de junio del año pasado. Los datos más recientes de comercio internacional y manufactura han continuado observando reactivación, aunque a tasas menores.

El empleo también inició su reactivación. En cuanto al empleo formal, el número de trabajadores del IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social) creció poco más de 92 mil empleos en agosto, después de haber registrado caídas de poco más de 555 mil empleos en abril. Afortunadamente, ha continuado la reactivación del empleo con una generación de cerca de 144 mil plazas en septiembre y poco más de 200 mil en octubre. Sin embargo, todavía el saldo de enero a octubre es de cerca de 520 mil empleos perdidos. Por el lado del reporte de empleo del Inegi, la tasa de desempleo aumentó considerablemente de 3.5 por ciento en marzo a 5.4 por ciento en julio. De manera similar al registro de trabajadores en el IMSS, la tasa de desempleo ha observado una mejoría en meses más recientes, ubicándose en 5.1 por ciento en septiembre, que representa 2.7 millones de personas desempleadas.

De lado de la demanda agregada, las ventas mismas tiendas de ANTAD (Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales) también se han reactivado substancialmente. Éstas cayeron 22.9 por ciento en abril −en términos nominales− con respecto al mismo mes en 2019 y ya desde septiembre se encuentran prácticamente en los niveles del año pasado. La reactivación se ha visto más dramática para el rubro de tiendas departamentales que pasaron de disminuir poco más de 72.0 por ciento en abril, a observar pequeños incrementos en septiembre y niveles similares a los de octubre del año pasado. Cabe destacar que inclusive los sectores que más se van a tardar en recuperar por la propia naturaleza de la pandemia −i.e. los que implican algún tipo de aglomeración−, como el turismo, también se han reactivado más rápido de lo que se podía anticipar. El número de viajeros en avión, que llegó a estar cerca de cero en abril y mayo, se incrementó a 4.1 millones en agosto. Si bien todavía se encuentra lejos del nivel promedio mensual de alrededor de siete millones, es un repunte relevante. Una situación similar ocurre en la tasa de ocupación hotelera, que de registrar un promedio mensual de más de 65 por ciento, cayó a 3.0 por ciento en abril y mayo y en agosto repuntó a casi 20.0 por ciento.

Sin embargo, la inversión continúa prácticamente estancada. A pesar de que ha registrado cierta reactivación después de la caída de casi 30 por ciento en abril, la inversión todavía se encuentra a niveles de 2010. Es aquí en donde se ve muy complicada la recuperación, es decir, para que la actividad económica logre regresar a los niveles de 2018 (el pico más reciente, debido a que el PIB cayó en 2019). Si bien la administración actual optó por no instrumentar programas de apoyo fiscal a empresas para preservar el empleo y muchas no han sobrevivido el embate del Covid-19, la recesión tampoco ha venido acompañada de una reforma tributaria, como siempre ocurría. No obstante lo anterior, es necesario que el gobierno mande un mensaje consistente y continuo de apoyo a la inversión privada. La incesante serie de iniciativas antimercado de los legisladores −aunque ninguna se apruebe−, así como los mensajes que ha mandado el Presidente recientemente en torno a la inversión privada, la iniciativa en contra de los esquemas de subcontratación y las consecuencias de la consulta pública que paró la inversión de la cervecería en Mexicali, han mermado significativamente la confianza para invertir. Es necesario revertir estos mensajes porque es factible que continúe la reactivación, pero nos tardaremos mucho en recuperarnos.

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En estas últimos dos semanas sufrí la pérdida de dos personas a quien admiraba y estimaba mucho: Héctor Reyes Retana y el doctor Javier Salas Martín del Campo. Descansen en paz y un fuerte abrazo a familiares y amigos, que los vamos a extrañar mucho.

*El autor es director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversionistas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional del Estudios Económicos del IMEF. Las opiniones que se expresan en esta columna no necesariamente coinciden con las del Grupo Financiero Banorte, ni del IMEF, por lo que son responsabilidad exclusiva del autor.

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