Hace dos semanas, la compañía de consultoría global de origen estadounidense Kearney —antes A.T. Kearney, por las siglas de su fundador, Andrew Thomas Kearney— dio a conocer su lista de los 25 países más atractivos para la inversión extranjera, que publica desde 1998. Desafortunadamente, en esta ocasión México no estuvo dentro de esos 25 países, como lo ha hecho casi de manera ininterrumpida en los últimos 20 años. Lo que se observó en la lista es una preferencia por países desarrollados, que cuentan con una mayor estabilidad política y regulatoria. Esto no es un dato aislado. En la edición 2020 del índice Doing Business del Banco Mundial, México se ubicó en el lugar 60, descendiendo seis lugares en el ranking global con respecto al lugar 54 de 2019 y perdiendo el liderato de Latinoamérica, que hoy ocupa Chile. En el detalle de este índice, México empeoró en siete de los diez rubros que componen el indicador.
Cabe señalar en el caso de México, estos indicadores han sido buenos pronosticadores de la dinámica de la inversión extranjera directa (IED) años más tarde. Por ejemplo, cuando México se ubicó en el noveno lugar en 2013 —por primera vez en el top 10 de la lista de Kearney—, esta buena noticia vino acompañada con un incremento importante de la IED en nuestro país. En el periodo 2000-2010 México recibió anualmente 24.5 mil millones de dólares en promedio, mientras que de 2011 a 2019 nuestro país recibió 32.8 miles de millones de dólares al año, en promedio.
En las últimas semanas he estado comentando sobre algunas de las razones por las que considero que nuestro país ha crecido a tasas bajas en los últimos 40 años y que además, nos ha dejado con una mala distribución de la riqueza. En particular, comenté sobre la importancia de contar con estabilidad macroeconómica —que hemos podido lograr—, así como otros factores en donde hay mucho espacio para mejorar. Tal es el caso del fortalecimiento del Estado de derecho —para minimizar la impunidad y la corrupción, lograr mejorar la certeza jurídica para la inversión y tener un terreno legal más parejo para todos—, así como la instrumentación de mejores políticas de redistribución del ingreso. A esto se le agregan las deficiencias educativas. Todas ampliamente discutidas por Gordon Hanson (2010) y Santiago Levy (2018), entre muchos otros.
Así, considero que estos son los factores estructurales por los que nuestro país ha crecido poco en las últimas cuatro décadas. ¿Es esto lo que nos está haciendo perder atractivo de inversión? Considero que no es lo único. Si bien la tasa de crecimiento histórica es un factor importante para ser un país atractivo para la inversión, considero que es mucho más importante la tasa de crecimiento que se vislumbra hacia delante y esto tiene mucho que ver con la mejoría de los factores que han limitado dicho crecimiento. Mejorando esos factores se puede incrementar el PIB potencial en el futuro y es lo que genera incentivos para la inversión.
¿Qué se está haciendo hoy por hacer crecer el PIB potencial y que esto atraiga IED? Sin duda un tema muy relevante ha sido agilizar los procesos para que entre en vigor el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (TMEC). Esto mitiga significativamente los riesgos de perder un tratado comercial con EU, que puso en riesgo la llegada de Donald J. Trump a la presidencia de ese país y permite que el nuestro continúe beneficiándose del libre comercio con Norteamérica. Asimismo, el presidente López Obrador ha respetado la autonomía del Banco de México y ha acatado la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria a 'rajatabla', lo que ha mantenido la estabilidad macroeconómica.
No obstante lo anterior, hay políticas que han restado confianza para invertir en nuestro país. Tal es el caso del activismo legislativo, en el que persisten iniciativas antimercado, que afortunadamente no han prosperado, pero que restan confianza a la inversión, sobre todo porque la mayoría provienen de legisladores del partido en el poder. Asimismo, el hecho de que una consulta pública haya parado una inversión del sector privado, como fue el caso de la cervecería de Constellation Brands en Mexicali en marzo y la publicación del "Acuerdo por el que se emite la Política de Confiabilidad, Seguridad, Continuidad y Calidad en el Sistema Eléctrico Nacional del Centro Nacional de Control de Energía" publicado el pasado 15 de mayo.
Referencias bibliográficas
Hanson, Gordon H. "Why isn't Mexico rich?". Journal of Economic Literature, 48(4), December, 2010.
Levy, Santiago. Under-rewarded efforts: The elusive quest for prosperity in Mexico. Washington, DC: Inter-American Development Bank Publications, no. 8971, 2018.
* Director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversionistas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF. Las opiniones que se expresan en esta columna no necesariamente coinciden con las del Grupo Financiero Banorte, ni del IMEF, por lo que son responsabilidad exclusiva del autor.