Nos encontramos a sólo 21 días de la elección presidencial en Estados Unidos. En el marco del proceso electoral, hace dos semanas se llevó a cabo el primer debate presidencial y la semana pasada el debate entre candidatos a la vicepresidencia. En mi opinión, el debate presidencial fue muy lamentable y caótico, tanto en forma como en fondo. Si bien considero que Biden estuvo mejor de lo que se esperaba en el debate presidencial, lo que creo que le ha beneficiado recientemente en las encuestas, es que Trump se enfermara de Covid-19 —sobre todo por la fehaciente falta de cuidado que tuvo en torno a la observación de los protocolos para prevenir el contacto con el virus—, así como la buena actuación de la candidata demócrata a la vicepresidencia, Kamala Harris, en el debate de la semana pasada.
No obstante lo anterior, al comentario que considero que los participantes de los mercados financieros internacionales han puesto mayor atención —sobre todo desde el debate presidencial— es al de Trump, en el que afirma que no va a reconocer el resultado de la elección si "se ve fraudulento". En este sentido, ¿qué sucedería si el presidente Trump no reconoce el resultado de la elección el martes 3 de noviembre por la noche? Desafortunadamente es un evento cuya probabilidad no es negligible. No sólo por 'las formas' que ya conocemos del Sr. Trump, sino porque lo ha dicho de manera explícita. Una de sus quejas es que el proceso de votación por correo está viciado y que hay muchos votantes que reciben varias boletas, por lo que pueden votar varias veces. En Estados Unidos, el voto por correo tiene una larga historia —desde la Guerra Civil, alrededor de 1860—, y es más común de lo que podríamos pensar (6.0 por ciento en 2016).
¿Qué ocurriría si no hay un claro ganador esa noche del 3 de noviembre? Recordemos esa fatídica noche del martes 7 de noviembre de 2000, en donde no se pudo conocer el resultado de la elección presidencial entre el candidato republicano George W. Bush y el candidato demócrata Al Gore. Si bien Al Gore era el claro ganador del voto popular —con 50 millones 999 mil 897 votos vs. 50 millones 456 mil 002 votos para George W. Bush—, no quedaba claro el número de votos del Colegio Electoral que le correspondía a cada candidato. Esto se debió a un litigio respecto del recuento de votos en el estado de Florida, que en ese momento le correspondían 25 votos electorales (hoy son 29, igual que Nueva York). Sin los votos de Florida, Bush había ganado 246 votos electorales y Gore 266. Recordemos que se necesitan al menos 270 votos electorales para poder ganar la elección. La decisión de la elección la tomó la Suprema Corte.
No se supo el resultado de la elección hasta 35 días después. El 12 de diciembre se dio a conocer la decisión de la Suprema Corte al respecto. Los jueces estuvieron de acuerdo en que los diferentes estándares bajo los que se llevaba a cabo el conteo de votos en diferentes estados —Florida como ejemplo—, violaban la Ley de Protección de Igualdad. Esto propiciaba que se llevara a cabo un reconteo de votos a nivel federal. Sin embargo, en una decisión dividida (5-4, en donde la juez Ruth Bader Ginsburg fue disidente), se dejaron los resultados como estaban en Florida —que daban el triunfo a Bush—, argumentando que no había tiempo para el reconteo, dada la fecha límite del 12 de diciembre, que establece el Código Electoral de EU. Así, Bush obtuvo 271 votos electorales, uno más de los que se necesitan para ser presidente de EU (246 que ya tenía más 25 de Florida). Al Gore pudo haber apelado la decisión, pero decidió desistir y conceder su derrota.
En mi opinión, este es uno de los puntos clave, sobre todo ante lo cerrada que está la elección actual (última 'encuesta de encuestas' de www.realclearpolitics.com: Biden: 51.8 por ciento; Trump: 41.6 por ciento). Cabe señalar que hemos observado que los resultados electorales han sido más cerrados que lo que las encuestas han sugerido. Así, en lugar de saber el resultado de la elección presidencial el martes 3 de noviembre en la noche, tal vez tengamos que vivir semanas de mucha incertidumbre antes de conocer el resultado. En este sentido, sabemos que los mercados financieros reaccionan significativamente a este tipo de incertidumbre. Ahora, si la decisión llega a ser tomada por la Suprema Corte, la 'fecha límite' en esta ocasión sería el 8 de diciembre. Sin embargo, el órgano supremo del Poder Judicial podría ordenar reconteos, por ejemplo, o el presidente Trump podría no aceptar la decisión y continuar el litigio, extendiendo el periodo de incertidumbre. Yo espero que esto no ocurra y que la razón impere, pero un evento así podría poner en peligro una de las democracias más importantes del mundo.
No quiero dejar pasar la oportunidad de comentarles que en 'Norte Económico' —el podcast que conducimos Alejandro Padilla y un servidor—, tuvimos el honor de entrevistar al gran politólogo mexicano, Carlos Elizondo Mayer-Serra, sobre el proceso electoral en Estados Unidos. Estoy seguro que quienes tengan la oportunidad de escuchar el podcast —a partir de mañana a las 6:00 am—, encontrarán comentarios muy ilustrativos e interesantes de parte de Carlos.
Director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversionistas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional del Estudios Económicos del IMEF. Las opiniones que se expresan en esta columna no necesariamente coinciden con las del Grupo Financiero Banorte, ni del IMEF, por lo que son responsabilidad exclusiva del autor.