La semana pasada el secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Arturo Herrera, entregó en tiempo y forma el Paquete Económico 2021. Este Paquete Económico consta de cuatro partes: (1) Los supuestos con los que se fundamentan las proyecciones de ingresos, contenidos en los Criterios Generales de Política Económica (CGPE); (2) la proyección de los ingresos y sus fuentes —incluyendo el endeudamiento y por lo tanto el balance público—, contenidos en la iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación (LIF); (3) la asignación del gasto, en la propuesta del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF); y (4) documentos complementarios, que pueden incluir desde disposiciones secundarias, hasta iniciativas de reforma de ley (como reformas fiscales).
(1) Supuestos. Considero que los principales supuestos contenidos en los CGPE son optimistas, pero no necesariamente poco realistas. Si bien se ve muy difícil que este año el PIB registre una caída menor a 9.0-10.0 por ciento, en donde SHCP estima que será de 8.0 por ciento, el cálculo de Hacienda de +4.6 por ciento para 2021 es factible, a pesar de que el consenso entre analistas se encuentra alrededor de 3.0 por ciento. Por un lado, si observamos las recesiones anteriores en México, normalmente el año siguiente el PIB creció a una magnitud similar, pero con signo contrario. En 1995, por ejemplo, el PIB se cayó 6.3 por ciento y en 1996 creció 6.8 por ciento. Asimismo, en 2009 el PIB registró un descenso de 5.3 por ciento y en 2010 creció 5.1 por ciento. Es por esto que sí es posible observar una tasa de crecimiento en 2021 de al menos la mitad de lo que descienda en 2020.
No obstante lo anterior, considero que en esta ocasión hay que tomar en cuenta tres aspectos: (a) La naturaleza propia de la pandemia hace que si bien todo cerró al unísono cuando se instrumentaron las cuarentenas, la reapertura ha sido gradual, en donde hay industrias que no lo han podido hacer o que han reabierto con una dinámica muy limitada, sobre todo en los sectores que implican algún tipo de aglomeración (e.g. turismo, transporte aéreo, conciertos); (b) los apoyos fiscales en México han sido muy limitados y a diferencia de la mayoría de los gobiernos en el mundo, no se apoyó a la preservación del empleo vía transferencias o condonación de impuestos a las empresas, por lo que desafortunadamente una gran cantidad de empresas no sobrevivió la dinámica temporal de tener que enfrentar gastos (e.g. nómina, renta, impuestos), sin obtener ingresos; y (c) desafortunadamente la confianza para invertir se encuentra mermada, particularmente por el uso de consultas públicas para detener inversiones privadas, así como debido al incesante activismo legislativo, en donde se han propuesto un sinnúmero de iniciativas antimercado. Si bien estas iniciativas no han prosperado, han afectado significativamente la intención de invertir tanto de empresarios locales como extranjeros.
Otro supuesto relevante es la producción de petróleo. SHCP anticipa una plataforma de producción promedio de 1.744 millones de barriles al día para 2020 y de 1.857 para 2021. Es importante señalar que de 2004 hasta 2019 no ha habido un solo año en el que se haya incrementado la producción de crudo. Ahora, por un lado, cabe destacar que los ingresos fiscales de origen petrolero ya no son tan relevantes como antes, representando hoy alrededor de 15 por ciento del total, mientras que hace menos de diez años correspondían a 40 por ciento del total. Por otro lado, el supuesto de producción petrolera incluye tanto la producción de Pemex como la de los privados.
(2) Ingresos. Se anticipan ingresos por 23.3 por ciento del PIB en 2020 y de 22.2 para 2021. La disminución en los ingresos en 2021, con respecto a 2020, tiene que ver con menores ingresos no petroleros, parcialmente debido a la menor recaudación 'no recurrente' de pagos extraordinarios por estrategias fiscales fallidas de varias empresas en ejercicios pasados.
(3) Egresos. La SHCP estima un gasto de 26.2 por ciento del PIB para 2020 y de 25.0 por ciento para 2021. Esto implica un déficit 'tradicional' —ingresos menos egresos— de 2.9 por ciento del PIB tanto para 2020 como para 2021. Destacan los 2.1 puntos porcentuales del PIB que se propone asignar a los programas y proyectos prioritarios.
(4) Documentos complementarios. Cabe señalar que en esta ocasión no hay propuestas para incrementar impuestos, ni crear nuevos impuestos. En este sentido, cabe destacar que en las recesiones anteriores —incluyendo la de 2008-2009—, siempre se ha tenido que llevar a cabo una reforma tributaria para equilibrar las finanzas públicas. En esta ocasión, si bien no hubo apoyos fiscales significativos, tampoco hubo incremento de impuestos. Sin embargo, el gobierno continuará fortaleciendo la eficiencia recaudatoria, por lo que la propuesta incluye mayores controles en temas de fusiones, escisiones, pérdidas fiscales, devoluciones, donativos, dictámenes fiscales y comercio exterior.
En resumen, la propuesta de SHCP es un Presupuesto optimista y sin incremento de impuestos, pero austero.
* Director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversionistas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional del Estudios Económicos del IMEF. Las opiniones que se expresan en esta columna no necesariamente coinciden con las del Grupo Financiero Banorte, ni del IMEF, por lo que son responsabilidad exclusiva del autor.