Perspectiva Global

¿Qué información incorpora el nivel de tipo de cambio actual?

Gabriel Casillas ofrece un recuento de los factores, tanto internos como externos, que rodearon al tipo de cambio peso-dólar durante este año.

La cotización del tipo de cambio peso-dólar cerró el año pasado en 19.6512 pesos por dólar, utilizando el 'fix' del Banco de México. Durante el año en curso, el tipo de cambio alcanzó un nivel mínimo de 18.7719 en abril -representando una apreciación del peso de casi 4.5 por ciento-, y un máximo de 20.1253 a inicios de septiembre -reflejando una depreciación del peso de 2.4 por ciento-, promediando 19.2663 pesos por dólar en lo que va del año. Actualmente, el tipo de cambio se encuentra alrededor de 18.90 pesos por dólar, reflejando una apreciación del peso de 3.6 por ciento, con respecto del dólar de Estados Unidos.

Hasta el tercer trimestre de este año, el tipo de cambio observado fue siguiendo una trayectoria muy similar a la que vislumbramos desde inicios del año en el equipo de análisis económico y de estrategia de mercados financieros del Grupo Financiero Banorte, que tengo el honor de dirigir. En este sentido, inclusive, el equipo se ubicó como el mejor pronosticador del tipo de cambio del año en la encuesta global que lleva a cabo Bloomberg. No obstante lo anterior, en el cuarto trimestre la trayectoria observada del tipo de cambio y la proyección de Banorte han experimentado una divergencia importante. Si bien habíamos identificado bien los riesgos a los que el tipo de cambio peso-dólar estuvo reaccionando, algunos eventos modificaron el perfil de riesgo de los inversionistas, y esto se vio reflejado en un mayor apetito por riesgo en general y mejor percepción tanto relativa, como absoluta, de nuestro país.

(1) Riesgos globales 'absolutos'. Los tres principales riesgos a nivel global a los que los mercados financieros internacionales estuvieron expuestos a lo largo de 2019 fueron: (a) Acuerdo comercial China-EU; (b) ciclo de baja de tasas de interés del Banco de la Reserva Federal de EU (Fed); y (c) la salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit), particularmente que ocurriera sin un acuerdo previo con la Unión Europea. Por un lado, desde enero, los gobiernos de los Estados Unidos y de China comenzaron las rondas de negociación comercial. Durante el año, tuvieron acuerdos y desacuerdos, que fueron reflejados fielmente en los movimientos de los mercados financieros internacionales, en donde así como en los mercados accionarios, la reacción de las divisas fue también muy evidente. Si bien los incentivos estaban inclinados para que el presidente Trump llegara a un acuerdo con China -en mucho para evitar una recesión económica en EU en el 2020, en plena campaña de reelección-, se veía poco probable que se pudiera llevar a cabo un juicio de destitución o impeachment, que sí procedió. La combinación se ambos eventos es negativa para el dólar. Entonces, a pesar de que el Fed hizo un alto en su ciclo de relajación monetaria en septiembre -que sería positivo para el dólar-, los dos eventos anteriores, más el resultado de las elecciones parlamentarias en Reino Unido -que minimizó la probabilidad de un Brexit sin acuerdo con la Unión Europea-, ofrecieron un ambiente financiero que incentivó a los inversionistas a tener un mayor apetito por riesgo, i.e. negativo para el dólar.

(2) Riesgos globales 'relativos'. La serie de protestas violentas que se desataron en la segunda mitad del año, particularmente en varios países latinoamericanos (e.g. Chile, Ecuador, Bolivia y Colombia), así como el triunfo del peronismo 'kirchnerista' en Argentina, cambiaron la forma en que los inversionistas ven a México, de una economía con un presidente con tendencias de izquierda, con políticas potencialmente antimercado -sobre todo después de la cancelación del NAICM y las iniciativas incendiarias de varios legisladores de Morena-, a un México con estabilidad social, en mucho mejores términos que la mayoría de los países latinoamericanos.

Por su parte, a pesar de que para los participantes de los mercados ya estaba prácticamente deshechada la idea de que el Tratado México, Estados Unidos, Canadá (T-MEC) se pudiera aprobar en la Cámara de Representantes en EU, la noticia de su aprobación -con mayoría de oposición y a punto de iniciar un juicio de destitución- fue muy bien recibida por los mercados.

(3) Riesgos locales. A pesar de que tanto los inversionistas globales como locales continúan preocupados por las finanzas públicas de nuestro país hacia delante, sobre todo ante las perspectivas de bajo crecimiento de la economía, ninguno de esos riesgos se ha materializado, dado que el gobierno mexicano ha podido mantener la solidez de los pilares de la estabilidad macroeconómica.

Así, nos encontramos con un tipo de cambio peso-dólar muy por debajo de lo que llegamos a pensar para fin de año en 20.30 pesos por dólar, como tanto la tendencia observada como el balance de riesgos apuntaban.

Aprovecho esta ocasión para desear a mis lectores, así como a mis compañeros columnistas y al personal y directivos de este distinguido periódico, unas muy felices fiestas decembrinas -en compañía de sus seres queridos- y un 2020 con muchos éxitos personales y profesionales.

* El autor es director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversionistas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF.

* Las opiniones que se expresan en esta columna no necesariamente coinciden con las del Grupo Financiero Banorte, ni del IMEF, por lo que son responsabilidad exclusiva del autor.

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