El gobierno mexicano cuenta ya con una tradición de finanzas públicas responsables de casi tres décadas. La aprobación de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria en 2006 institucionalizó esta tradición. Hoy por hoy, el presidente López Obrador ha declarado un sinnúmero de veces que no quiere endeudarse y que mantendrá las finanzas públicas sanas. El año pasado lo cumplió a rajatabla. El expresidente Peña Nieto dejó una deuda de 44.9 por ciento del PIB en 2018 y en 2019 cerró en 44.9 por ciento —el mismo nivel—, a pesar de que la economía registró una caída del PIB de 0.3 por ciento. ¿Cómo se ve la perspectiva sobre las finanzas públicas para este año? Para intentar ofrecer una respuesta bien fundamentada, dividiré el resto de la columna en dos partes:
(1) Es necesario modificar el marco macroeconómico para este año. El pasado 1 de abril, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) entregó en tiempo y forma el documento preliminar de los Criterios Generales de Política Económica 2021 (CGPE), también conocido como 'Pre-Criterios'. Si bien el objetivo de este documento es tener un marco macroeconómico para iniciar las discusiones del Presupuesto 2021, el aspecto que cobró más relevancia este año —dadas las circunstancias—, fue el ajuste al marco macroeconómico aprobado para 2020. Así, SHCP llevó a cabo una revisión significativa de su proyección de crecimiento del PIB con el que estiman los ingresos, de +2.0 por ciento a -2.9 por ciento. No obstante lo anterior, las encuestas de analistas observan actualmente una mediana de entre -8.5 y -9.5 por ciento. Por su parte, la SHCP disminuyó su pronóstico del precio de petróleo de 49 a 24 dólares por barril (dpb) para 2020. El precio promedio de enero a mayo ha sido de 30.6 dpb y recordemos que el gobierno instrumentó un programa de cobertura petrolera a un precio de 49 dpb, por lo que considero que no amerita revisión. Por último, Hacienda ajustó su estimado de producción petrolera de 1.951 millones de barriles al día (mdbd) a 1.850 mdbd para 2020. Utilizando las estadísticas de Pemex, de enero a mayo se produjeron 1.710 mdbd. Si bien he considerado que sí se tenía la capacidad de llegar al objetivo de 1.850, hoy veo difícil que se pueda lograr debido al recorte de producción pactado con la OPEP+, así como la política de austeridad del gobierno federal, incluido Pemex (para lograr ese objetivo de producción se tendría que mantener una producción constante de 1.950 mdbd de junio a diciembre, por ejemplo).
(2) Con un marco macroeconómico actualizado se ve muy difícil no sobrepasar el déficit de 3.3 por ciento del PIB. Para llevar a cabo una estimación de cómo se modificaría el déficit público y la deuda del gobierno cuando se actualiza el marco macroeconómico, es decir, al actualizar los pronósticos de crecimiento del PIB o la producción petrolera, entre otros, se puede utilizar la tabla de 'sensibilidades' de los ingresos fiscales a cambios en las variables macrofinancieras. En esta tabla, que acompaña al documento de Pre-Criterios, se expresan las sensibilidades de los ingresos ante cambios en el precio del petróleo, la tasa de interés y tasa de crecimiento del PIB, entre otras. Así, sumando los efectos que restan ingresos presupuestarios y los que los aumentan, llegamos a un aumento de 56 puntos base en el déficit. Es decir, si dejamos constante el gasto público, hoy el déficit estimado para final de 2020 aumentaría de 3.3 a 3.9 por ciento del PIB. Asimismo, la definición más amplia de déficit, los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP) aumentaría de 4.4. a 5.0 por ciento del PIB y la deuda —en su versión más amplia, Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público— aumentaría de 52.1 a 52.7 por ciento del PIB. Cabe señalar que en estos estimados el gobierno federal ya asumió la utilización del saldo de varios fondos de estabilización, así como los ingresos por parte de la cobertura petrolera. En resumen, si el gobierno desea mantener los objetivos expuestos en Pre-Criterios, tendría que aumentar los ingresos o disminuir el gasto por alrededor de 150 mil millones de pesos (mmdp). Por el lado de los ingresos, el gobierno está registrando ingresos extraordinarios por concepto de estrategias fiscales agresivas fallidas de algunas empresas. Considero que esto podría sumar alrededor de 25 mmdp, por lo que todavía faltarán cerca de 125 mmdp. En suma, no creo que debamos estar preocupados por las finanzas públicas ni este año, ni el que sigue. Considero que el 'año clave' será 2022 en donde el gobierno no cuente con fondos de estabilización, ni ingresos recurrentes y se vea obligado a llevar a cabo una reforma fiscal.
* El autor es director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversionistas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF.
* Las opiniones que se expresan en esta columna no necesariamente coinciden con las del Grupo Financiero Banorte, ni del IMEF, por lo que son responsabilidad exclusiva del autor.