Perspectiva Global

Recesión global en 2021

La economía mundial lleva 11 años de crecimiento, lo que pone nerviosos a los participantes de los mercados.

Los economistas no tenemos buena fama por ser muy precisos para pronosticar el momento en el que una economía va a entrar en recesión. De aquí nacen algunos chistes populares como: "Un economista es quien pasa el 50 por ciento de su vida diciendo qué va a pasar y el otro 50 por ciento explicando por qué no pasó lo que dijo que iba a pasar". Inclusive, varios economistas quienes han sido atinados en pronosticar una recesión, en la mayoría de los casos es porque llevan varios años pronosticándola y al igual que un reloj de manecillas descompuesto, en algún momento están en lo correcto. No obstante lo anterior, considero que sí hay muchos economistas que analizan y comunican de manera exitosa los riesgos más relevantes a los que está expuesta la economía global o de algún país, región o sector y que esos balances de riesgos tienen un valor importante en la planeación de escenarios.

¿Cómo se encuentra la economía global hoy en día? De 1960 a la fecha, el mundo ha experimentado ocho recesiones globales y las fases de expansión de los ciclos económicos han tenido una duración promedio de alrededor de cinco años. Así, en este 2020 el mundo ha iniciado su onceavo año de fase de expansión. Es decir, si tomamos el promedio de cinco años, el mundo ha podido 'vencer' el espíritu de la recesión por más de seis años. Es por esto que los mercados financieros internacionales han mostrado niveles elevados de volatilidad en los últimos años, reflejando el nerviosismo que causa el que no haya habido una recesión en el año seis, siete, ocho, etcétera. ¿Será que el mundo ya dominó las crisis o será que se está 'estirando la liga' demasiado y nos encontramos cerca de una recesión?

Es importante tomar en cuenta que los promedios pueden ser engañosos. En esos cinco años que han durado históricamente las fases de expansión en promedio, si observamos detenidamente los ciclos económicos, cada vez esos periodos de bonanza económica han tenido una mayor duración. Aun así, once años de bonanza económica global ponen nerviosos a los participantes de los mercados. Por ello de repente vemos caídas importantes en los mercados accionarios a nivel global cuando, por ejemplo, la tasa de crecimiento del PIB de China se publica por debajo de lo estimado, aunque sea por muy poco (e.g. 6.1 en lugar de 6.2 por ciento) —por si acaso esto llega a representar el inicio de una recesión—, y a su vez, fuertes movimientos al alza cuando los datos se ubican ligeramente por arriba de lo estimado, porque puede ser que dure más la bonanza.

Así, si bien nos encontramos en el onceavo año de crecimiento, de 2010 a 2018 el mundo observó crecimiento de manera sincronizada, salvo algunas excepciones como Venezuela, por ejemplo. No obstante lo anterior, a partir de 2018 la economía global comenzó a desacelerarse, aun creciendo, pero a tasas más bajas y también de manera sincronizada. Esto nos ofrece una señal importante de que tal vez la fase de expansión actual esté por fin llegando a su fin. Asimismo, un indicador que inequívocamente ha pronosticado cada recesión que ha ocurrido de los sesentas hasta la fecha, es el diferencial entre las tasas de rendimiento de los bonos del Tesoro americano de 10 años y de tres meses. El sentido común dicta que, en niveles anuales comparables, la tasa de rendimiento de un bono que va a pagar el principal en 10 años debe ser mayor al del bono que lo pagará en tres meses. Bueno, pues efectivamente esa es la relación que se observa en la historia con mayor frecuencia. Sin embargo, ha habido episodios en los que las tasas de 10 años se llegan a ubicar por debajo de las de tres años —también llamada 'inversión de la curva'—, y cada vez que esto ha ocurrido —aunque sea por un periodo corto de tiempo—, algunos meses después, entre 18 y 22 en promedio, ha habido una recesión económica global. La curva se invirtió por primera vez desde 2009, el 22 de marzo del año pasado, por lo que podría haber una recesión en algún momento de 2021 ('La inversión de la curva', 2 de abril, 2019).

Finalmente, dos temas que hoy por hoy cuestionan la infalibilidad de la curva invertida como predictor de una recesión global: (1) El hecho de que la economía de EU continúa creciendo sólidamente. De hecho, se habla de una posible 'desincronización' de la desaceleración global; y (2) es difícil saber qué podrá detonar la siguiente recesión. En 2001 fue la quiebra de empresas de internet y los ataques terroristas del 11 de septiembre. En 2008-2009 fue la crisis de los bonos hipotecarios en EU. ¿Qué podrá ser ahora? ¿Un megaciberataque que deje sin valor a las criptomonedas? ¿La falta de inversión tanto privada como pública a nivel global? ¿Una combinación? Este será tema de otra columna.

* Las opiniones que se expresan en esta columna no necesariamente coinciden con las del Grupo Financiero Banorte, ni del IMEF, por lo que son responsabilidad exclusiva del autor.

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