Gerardo Herrera Huizar

4T ¿Aggiornamento?

Las circunstancias en que han transcurrido las últimas cuatro semanas generan la pregunta de si nos encontramos ante una real transformación republicana o simplemente ante un cambio de estilo, escribe Gerardo René Herrera.

Transcurridos los últimos 31 días del año y primeros de la nueva administración, el complejísimo y ajetreado 2018 llega a su fin y con la última campanada de esta noche se dará la bienvenida al "feliz año nuevo" con su carga ineludible de esperanza, pero también de desconcierto.

Las circunstancias en que han transcurrido, vertiginosamente, las últimas cuatro semanas generan la pregunta de si nos encontramos ante una real transformación republicana o simplemente ante un cambio de estilo como ha sido tradición desde el México independiente. Y es que la reminiscencia que produce el discurso oficial nos remonta, de alguna manera, a la añeja disputa entre federalistas y centristas, entre liberales y conservadores, republicanos y monarquistas. En suma, buenos y malos.

La pugna ideológica, en buena parte alentada por experiencias externas, no libres de ambiciones facciosas, durante el siglo XIX y buena parte del XX, marcaron el devenir de la nación bajo un modelo estructural de gran concentración de poder en la figura presidencial, con frágiles equilibrios que dieron paso al ejercicio omnímodo y caprichoso de la autoridad central. Federalismo centrista o centralismo federalizado, cuya manifestación más ominosa fue la corrupción y la impunidad que ha corroído el tejido social.

La cuarta república se postula hoy como la correctora de las distorsiones históricas que han producido fracasos estrepitosos o crisis profundas, de manera recurrente, con cada fin de administración. La mesa está puesta para traducir tan nobles propósitos en realidades venturosas para todos.

El gobierno de México cuenta, en su arranque, con un jugoso capital político que, celosamente custodiado y virtuosamente utilizado, es susceptible de rendir frutos trascendentes para la transformación de la realidad nacional actual y para las próximas generaciones.

Virtud, honestidad, sensatez y claridad de conciencia. La oportunidad es única e histórica. Las condiciones envidiables.

Feliz año nuevo y mejor sexenio a nuestros gentiles lectores.

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