Contracorriente

Salarios atrás de la productividad

Deshonrosamente, en México la participación de los salarios en el ingreso nacional es de las más bajas, no sólo de la OCDE, sino entre casi todos los países de América Latina.

"No podemos perder competitividad y tampoco podemos sostener la competitividad a costa del trabajador", destacó Carlos Salazar Lomelín, el nuevo presidente del Consejo Coordinador Empresarial, en entrevista para La Silla Roja (El Financiero 04/03/2019). Qué bien que lo diga, porque es un hecho que durante las últimas décadas, la competitividad la ha soportado, en primer lugar, la precarización de las condiciones laborales y en segundo plano, las bajas inversiones y eficiencia organizacional empresarial.

Un dato ilustrativo de la precarización de los salarios: si en 2008 había 3.8 millones de trabajadores que ganaban más de cinco salarios mínimos, en 2017 sólo había 1.9 millones, y los que ganan hasta dos salarios mínimos aumentaron de 9 a 14.9 millones en el mismo lapso.

Lo mismo, desde otra perspectiva: datos del Banco de México y del Inegi coinciden en que la parte del PIB nacional con la que se pagan sueldos y salarios (masa salarial) era 15 por ciento menor (2017) que en 1980.

Deshonrosamente, la participación de los salarios en el ingreso nacional es de las más bajas, no solo de la OCDE, sino entre casi todos los países de América Latina.

Y es que, por razones políticas antes que económicas, en nuestro país los aumentos de productividad laboral no se reflejan en mejoras salariales. Con datos de la OCDE, Norma Samaniego estableció la proporción entre el valor agregado industrial y las remuneraciones al trabajo durante 2015 en más de 35 países; la proporción en México es 29 por ciento, la más baja de la muestra, que incluye economías como las de Portugal (41 por ciento), España (52 por ciento), Francia (59 por ciento) y Chile (43 por ciento).

Más datos y propuestas sobre el panorama laboral en México se pueden encontrar en Norma Samaniego, El desafío del empleo y los salarios, del proyecto México próspero, equitativo e incluyente que coordina Mauricio de María y Campos en El Centro Tepoztlán Víctor L. Urquidi, Colegio de México y Foro Consultivo Científico y Tecnológico, A. C. http://centrotepoztlan.org/mexico-prospero-equitativo-e-incluyente-construyendo-futuros/

El deterioro de las condiciones laborales y salariales en México tiene que ver con el control político de los trabajadores, a través de líderes venales, charros; se espera que las leyes secundarias de la reforma laboral de 2017 que están en discusión, crearán condiciones legales para democratizar las agrupaciones obreras.

El tema es político, económico y social. El empleo y los salarios son determinantes del crecimiento de la demanda que estimula las inversiones y el crecimiento, y lo son también del nivel y calidad de vida de la población, y en ese sentido, de la estabilidad social.

Con mayor capacidad de negociación sindical a partir de su democratización, lo primero es alcanzar el equilibrio entre salarios y productividad laboral en el nivel de remuneraciones adecuado a las necesidades de los trabajadores y al ritmo de inversiones productivas empresariales clave es.

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