Entre Reflectores

Conciertos a distancia, ¿la nueva normalidad?

El COVID-19 ha obligado a grupos o solistas a optar por esta opción para continuar con ingresos, aunque la conexión entre el artista y los fans es algo que debe regresar, opina Héctor Meza.

La industria del entretenimiento ha sido una de las más golpeadas ante la pandemia dejando varios temas en la mesa, como el futuro de los conciertos y de qué forma hacerlos redituables.

Un claro ejemplo son los shows que han ofrecido desde organizaciones internacionales, como Global Citizen recaudando fondos, o bien shows con un valor desde los 120 hasta 200 pesos en promedio para el formato en línea.

Lo cierto es que muchos se han preguntado ¿qué tan redituable resultan ser? ¿realmente valen la pena? Aquí se debe destacar un punto clave, estas opciones en línea o la nueva propuesta de autoconciertos son una realidad temporal.

Tarde o temprano la industria tendrá que volver a la normalidad, ya que sin la conexión humana y masiva que genera cualquier show, los grandes eventos no podrían subsistir a la larga.

¿Por qué?

Si tomamos como ejemplo el primer concierto de Matute en la Arena CDMX, las palabras de su productor Jorge D'Alessio fueron positivas en una primera instancia, al destacar la venta de poco más de 12 mil boletos, de los cuales el día del concierto se compraron 4 mil a 180 pesos.

Además de tomar en cuenta que la plataforma Eticket hizo un cálculo de que lo vieron 4 personas por casa, dando un aproximado de más de 50 mil espectadores en vivo.

Esto resulta atractivo y viable, no obstante hay un factor a destacar: la industria del entretenimiento en línea hoy la ve cualquier persona del mundo con tan sólo un click, y los contenidos que suelen ser exclusivos para cualquiera correrán hasta cierto punto el riesgo de repetirse cuando se regrese a conciertos presenciales.

El mismo D'Alessio, al igual que muchos otros productores o artistas han tenido incertidumbre sobre el cómo sostenerse por un largo periodo porque los repertorios tardan un tiempo considerable en elaborarse.

Mientras que otros como Mariana Seoane han optado por conciertos que ayuden a la gente como uno que planea el 7 de agosto, cuya intensión será recaudar ingresos para darlos a la fundación Héroes de la Salud o Casa de la Amistad.

Lo cual en primera instancia es una buena acción, pero dentro de ella sigue existiendo la preocupación por saber el destino que podría tener tan sólo en este año, ya que tuvo que reagendar su concierto en el teatro Metropolitan para el próximo 15 de mayo de 2021.

Esto deja ver que la industria de los conciertos presenciales, para algunos, representó hasta hoy un año perdido debido a la incertidumbre que no garantiza su seguridad o la de los espectadores.

Ejemplo de ello, Aleida Núñez que tomó la decisión por cambiar totalmente de giro, dedicando tiempo a sus propios negocios, como en su caso una marca de jeans para generar ingresos en esta época.

Lo anterior deja ver que si para cantantes famosos hoy implican un reto los conciertos virtuales, ¿qué pasa con todos aquellos que comienzan carreras o se encuentran en crecimiento?

Si tienen suerte, algunos podrían generar beneficios propios, mientras que otros tendrían que hacer alianzas y unirse para ofrecer shows atractivos y tener mayor audiencia.

Sin embargo, otra opción que surgió hace poco fueron los autoconciertos que han generado mucha expectativa, pero ¿realmente son una opción rentable?

Uno de los organizadores de estos primeros conciertos que se harán en el Foro Pegaso destacó que se tendría un aforo de 2 mil autos, divididos en 4 secciones en un escenario 360 grados, donde además se darán kits de salud, se venderán productos alimenticios sellados y se tendrán que sanitizar frecuentemente los baños, más la producción que implique tener un escenario, lo cual es todo un reto.

¿Por qué? Pensemos en precios como los que ya se han comenzado ha plantear que van entre los mil 500 y 3 mil 500 pesos, dependiendo de la lejanía del escenario, además de que por coche máximo podrá haber 4 personas. Convirtiéndose en una fórmula atractiva para analizarse entre costos y beneficios tanto para el espectador, como para los artistas o productores a medida que se vaya realizando.

Lo que refleja la forzosa necesidad al hablar sobre conciertos de la conexión que no se puede comparar con algo digital entre un público y su artista. Trayendo consigo las palabras de Kurt Cobain "tocar frente a un manojo de gente que reaccione bien es la mejor cosa del mundo".

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