Desde hace semanas hemos venido escuchando posicionamientos de artistas de Hollywood que buscan impulsar al voto y además apoyar a candidatos a la presidencia de la Casa Blanca.

Hemos visto artistas que se han sumado. Chris Evans y Mark Ruffalo, entre otros que son conocidos, y campañas inclusive de desnudo incentivando a la elección presidencial.

Pero para comprender la balanza y estrategia que las contiendas crean a través de los artistas, hay que comprender qué arriesgan o ganan al sumarse al ámbito político.

El ejemplo más claro lo podría dar la politóloga Giselle Perezblas, quien define tres tipos de artistas: el primero que se acerca al proceso electoral, el segundo que se identifica con una causa y es más genuino su posicionamiento con el candidato, y el tercero que se dedica a un producto específico.

Tras esta clasificación hay que dejar en claro el riesgo que los mismos artistas corren en detrimento al no tener una causa clara o al apoyar a los políticos con tal de aumentar su fama.

Ya que podrán verse afectados a la larga por su postura o ideología, incluyendo en sus actividades que desempeñen.

O bien, como destaca PerezBlas, al sistema político que tiende a ser muy irrespetuoso con el ámbito artístico al arrastrarlos involuntariamente con todo lo que implica y comprometer sus valores personales.

Déjeme poner un ejemplo, el caso de 'Los Vengadores' que ha ocasionado mucha polémica, después de que Chris Pratt no aceptara unirse a la recaudación de fondos, fuera atacado es algo que podría afectar a su futuro.

Sin embargo, en la contienda electoral pasada donde Hilary Clinton enfrentó a Trump careció de impacto ante el colegio electoral, puesto que la estrategia del ahora presidente de Estados Unidos fue ser más visceral y de confrontación.

En esta ocasión la estrategia que se está siguiendo con Biden es la de sí ser contestatario sin caer en la polémica, y esto inclusive se nota en los posicionamientos de los artistas que ya no se arriesgan a señalar explícitamente a un candidato, sino a impulsar el sentido de la moral.

La politóloga también considera que aquí está más enfocado en la acción de urgencia ante un sistema que hoy tiene grietas.

Y hasta cierto punto se podría dar una conclusión que hoy la estrategia de campaña inclusive con la comunidad artística que en Estados Unidos se involucra mucho en la parte electoral busca dar otro perfil.

Un perfil más racional que pueda apostar por la congruencia y los errores que el mismo Trump ha cometido ante una situación dócil que vive el país norteamericano, y que al final podría traer consigo un cambio de paradigma en torno a privilegiar el diálogo y la urgencia ante la problemática antes que la confrontación.