Estoy en un piso 30 esperando el inicio de mi última reunión del día. La vista es espectacular. Observo marchas, tormenta eléctrica, intenso tránsito vehicular y caos. La junta se programó hace meses y pude planear la logística de llegada anticipada, así como el estudio y la preparación de las opciones de propuestas y soluciones. El caos de la ciudad y de su ambiente hostil no me movió un centímetro de mi propósito. Para que la empresa tenga cumplimiento de su propósito debe ser resiliente.
La resiliencia empresarial se puede definir como la capacidad de enfrentar la adversidad y el caos, adaptarse al cambio y tener continuidad y crecimiento en la vida empresarial. Las organizaciones verdaderamente resilientes se recuperan y prosperan en entornos hostiles de acuerdo con lo expuesto por la ESAN Graduate School of Business en 2020.
Hoy los entornos ofrecen incertidumbre y son amenazadores.
¿Qué hacer? ¿Cómo mantener el rumbo ante el ruido externo? ¿Cómo actuar en bien propio, de la empresa y de nuestro país? ¿Qué herramientas tenemos a nuestro alcance?
Mis reflexiones en este sentido son:
1. No pierdas tiempo en la queja y acepta la realidad del entorno.
2. Revisa tu propósito de vida personal y el de la empresa.
3. Desarrolla la capacidad de gestionar tu comportamiento e inteligencia emocional.
4. Analiza las situaciones adversas en su real exposición y probabilidad de materialización.
5. Busca consejo de expertos, construye redes de relacionamiento extenso, que te den nuevas perspectivas de análisis.
6. Conoce las capacidades de tu organización
7. Involucra al talento, cuida su gestión y comunica con oportunidad.
8. Prepara escenarios de análisis.
9. Sé optimista ante los retos, las crisis siempre son un preámbulo de oportunidades.
10. Con las crisis, la creatividad e innovación regresan con fuerza en nuestra vida personal y empresarial.
La gestión de información para los escenarios de análisis se hace relevante para una adecuada toma de decisiones. La actualización y oportunidad de datos financieros y económicos son fundamentales. Una herramienta que ayuda a entender lo anterior es el Indicador IMEF, índice económico que mide mensualmente el clima empresarial de los sectores manufacturero (industria) y no manufacturero (comercio y servicios). Es un índice que anticipa la trayectoria económica en el corto plazo.
Una empresa verdaderamente resiliente no solo opera en situaciones normales, sino que demuestra su fortaleza en momentos de crisis, cambiando rápidamente, evitando peligros y aprovechando nuevas oportunidades.
Las organizaciones resilientes tienen una prolongada permanencia en el tiempo, ya que saben adaptarse a cualquier situación de alta presión y estrés. En este sentido, cobra relevancia el concepto de gobierno corporativo y por ello en el Comité Técnico Nacional de Gobierno Corporativo y Jurídico Financiero del IMEF, se realizan actividades de investigación, de desarrollo de conocimiento y difusión en la materia, con el fin de proporcionar a los asociados, diversas herramientas que les permitan enfrentar asuntos de coyuntura y de criterios de sostenibilidad.
Con base en lo anterior, en el IMEF se considera que una estrategia sólida de sostenibilidad puede impulsar el crecimiento y crear valor. El rol de la persona que actúa como consejero -patrimonial o independiente-, será fundamental para establecer cambios y estrategias de transición en la empresa. Por lo tanto, es relevante su preparación en resiliencia. Desde el máximo órgano de gobierno, se debe fomentar la cultura empresarial con resiliencia y compromiso en sostenibilidad.