Isabel Cruz

FND: una banca de desarrollo para la desigualdad

No es la crisis por COVID-19 sino la inadecuada administración y la discrecionalidad en la aprobación de grandes créditos, la que ha puesto en una quiebra técnica de facto a la FND.

¿Qué tan fácil es obtener un crédito para un campesino minifundista? O para un grupo de campesinos o indígenas cafetaleros? Aunque el café es un commodity cuyo precio se especula en dólares en las Bolsas de Londres y Nueva York, los cafetaleros mexicanos encuentran casi imposible obtener crédito de la misma banca que financia a especuladores de precios. Solicitar y obtener un crédito de 10 mil o 15 mil pesos es imposible. Para tener acceso al crédito, diversos productores minifundistas han avanzado en la creación de Sociedades Financieras Comunitarias (SOFINCOs) o Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo (SOCAPs), que además de otorgarles préstamos para su actividad, les ofrecen oportunidades de ahorrar, de recibir una remesa y de participar en medios de pago.

¿Es más fácil obtener crédito para esos productores organizados en una sociedad financiera supervisada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores?, con capital y ahorro captado, agrupando a decenas de miles de pequeños productores? Debería serlo, cumplen estándares financieros, están reconocidas legalmente y son supervisadas. Pero no es así. Las SOFINCOs y SOCAPs siguen siendo discriminadas en la banca de desarrollo con requisitos financieros inadaptados, con lo cual se prioriza a intermediarios financieros de especulación. Un ejemplo reciente muestra el sesgo ideológico, financiero y de intereses creados que deberían desaparecer en la Banca de Desarrollo de la 4a.T.

La correduría financiera "García Macías, Araneda y Asociados Gamma Derivados S.A. de C.V." especializada en especular con precios de futuro (derivados) en el mercado de Chicago y otros- creo en 2018 "SKP STRIKE PRICE, S.A. DE C.V." una SOFOM, con un capital de 2 millones de pesos. Dueña del 98% de la SOFOM, gestionó y logró que en sólo 15 días (del 13 al 28 de mayo del 2020) sus amigos de la FND le aprobaran un crédito por 117 millones de pesos, 58.5 veces el capital de la Sofom, -cuando las Reglas limitan a 5 veces el capital el monto de un préstamo-. Con un año de antigüedad, aunque las reglas exigen dos, la SOFOM no tenía experiencia crediticia y la garantía única establecida en la autorización del crédito fue ceder los derechos de los contratos por servicios a clientes atendidos con el propio crédito, ninguna garantía hipotecaria, ni garantía líquida, ni compromiso de capitalización o creación de reservas. En abierta contravención con las Reglas de Crédito y a pesar de un dictamen financiero negativo, el Comité de Crédito de la Regional Sur, aprobó el crédito otorgando además una cómoda tasa de interés y 10 años de plazo para especular en precios agrícolas en la bolsa. Así se trata a los amigos.

En forma comparativa INTEGRA, S.C., un organismo de segundo piso con 3.6 millones de capital, (14) SOFINCOs asociadas y 45 mil productores asociados, con cinco años de experiencia, logró tras 900 días de extenuantes gestiones, la autorización de una línea de crédito por 10 millones de pesos, tan sólo 2.8 veces su capital y no las 5 que permiten las reglas. Tuvo que aportar tres tipos de Garantías: i) la cesión de derechos de los contratos de crédito de cada productor financiado; ii) 20% de garantías líquidas, iii) Dos obligados solidarios. Así mismo cumplir nuevos requisitos, tales como aumentar capital social (17% de capitalización), establecer reservas preventivas de 10% sobre la cartera vigente y 100% sobre la cartera vencida. A la SOFOM sólo le pidieron Reservas de menos de un punto (0.5%) sobre los créditos otorgados. Gracias a su tenacidad, Integra logró una línea de crédito para operar cartera en el segundo piso. Las SOFINCOs tienen 395 millones formada con ahorro de sus socios y 65 millones de pesos de capital. La tasa base para Integra fue de TIE+7.5 puntos destinados a financiar maíz, café, cítricos, artesanías. Miles de créditos promedio de 14 mil pesos cada uno. Una línea por dos años. Así se trata a los campesinos simples.

Parecería un caso único de corrupción y reglas infringidas. Lamentablemente no es así. La exclusión financiera que sufren los pobres rurales en la banca de desarrollo adquieren la forma de "requisitos financieros" en las Reglas, se dice discursivamente que la base de la pirámide son los sujetos prioritarios y lo son, mientras cumplan las reglas.

No es la crisis por COVID-19 sino la inadecuada administración y la discrecionalidad en la aprobación de grandes créditos, la que ha puesto en una quiebra técnica de facto a la FND. Las reglas de funcionamiento y la cultura institucional de ella y de Banca de Desarrollo en general no responde a las realidades de la Base de la Pirámide. Durante décadas han excluido a los campesinos e indígenas y han dirigido los recursos a los "exitosos del campo ganador": la concentración de cartera en agroempresas y grandes agricultores, a despachos privados y a intermediarios financieros de especulación. En la práctica han financiado la desigualdad y contribuido a ampliar la brecha entre ricos y pobres.

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