Javier Murillo

Cuando nosotros lo imaginamos, ellos ya lo hicieron

Esto mismo está sucediendo ahora con la los llamados LLMs, lo que mejor conocemos nosotros como ChatGPT, Copilot, o en este caso la llamada inteligencia artificial de Alibaba, Tongyi.

Tomando fotos en Shanghái descubrí una casualidad, o tal vez causalidad como le dicen los que “saben”, hace un año exactamente el mismo día estuve en Shanghái y visité prácticamente los mismos lugares. El hecho de haberlo descubierto gracias a la tecnología, ya que no fue mi memoria la que me recordó el hecho, sino que fueron las redes sociales y su obsesión por recordarte tus propias efemérides, las que evidenciaron la chiripa del destino.

A un año de distancia entre mi anterior visita y esta, en la que también tuve la oportunidad de ser testigo de los avances tecnológicos que se están dando en esta región, les puedo asegurar que en un año las cosas han avanzado en forma acelerada. Ya lo decía uno de mis colegas con los que viajo, hablando de la nube, ese lugar donde se encuentra el almacenamiento de la humanidad, durante más de 20 años hemos hablado de la nube y hoy que ya la tenemos, nadie habla de ella, todos la damos por hecho porque todos los días vivimos con ella.

Esto mismo está sucediendo ahora con la los llamados LLMs, lo que mejor conocemos nosotros como ChatGPT, Copilot, o en este caso la llamada inteligencia artificial de Alibaba, Tongyi. La velocidad con la que los modelos de lenguaje natural cada vez se vuelven más parte de nuestra vida cotidiana y la tendencia nos indica que eventualmente ya no nos harán diferentes en el mercado laboral, sino que serán un estándar necesario para operar de manera normal. En lo que se refiere a tecnología, el destino nos alcanza continuamente.

Ya había escrito en mi anterior columna sobre la invitación de Alibaba a participar en una conferencia magistral dirigiendo un panel internacional, además de un panel organizado por el gigante tecnológico para discutir solamente temas relacionados con América como continente. La conclusión a la que todos llegamos invariablemente es que la tecnología nos une, solo que algunos van más avanzados que otros y más nos vale apuntar nuestra mira en el sentido correcto para buscar un referente, y tal vez seguir los pasos de Marco Polo que fue el pionero occidental de las misiones comerciales en China.

En mi caso, y estoy seguro que en el caso de muchos, esa estrella referente está siendo China. Como lo dije en una de mis participaciones durante Apsara, solo nos bastaría como empresas e incluso como sociedad, venirnos a dar una vuelta por acá para caer en la cuenta de que nosotros en América lo imaginamos y existe una alta probabilidad de que en algún lugar de China ya lo estén haciendo. Lo que les puedo asegurar es que hoy más que nunca las condiciones están dadas para eso, habrá que organizar más misiones comerciales de mexicanos a China.

Otra cosa que impresionó a todo el grupo es la juventud de los ejecutivos que nos recibieron en las diferentes empresas de Alibaba en Hangzhou, o como ellos les llaman “campus”. A diferencia de lo que he visto en México, en la que la mayoría de los que reconocemos como expertos tienen más de 40 años, en este caso todos los que nos recibieron y presentaron las tecnologías más sofisticadas que existen tenían menos de 35 años y estoy seguro que algunos

de ellos estaban por debajo de los 30, lo que habla de la transición generacional que está sucediendo acá.

Agradezco a la invitación a Alibaba, las atenciones de todo el equipo de América y a toda la misión de mexicanos que me acompañaron durante esta semana, vivimos cosas que nunca vamos a olvidar personalmente y como profesionales, que seguramente marcarán el futuro de nuestras empresas, espero que en un año estemos de regreso pero en esa ocasión estemos presentando no solo retos y oportunidades, sino también casos de éxito en toda América.

Solo como anécdota, estando en el bar del piso 30 del hotel, escuchamos hablar en “mexicano” a la mesa al lado de nosotros y ahí estábamos, dos misiones comerciales de mexicanos que nos encontramos a 13 mil kilómetros de distancia. No cabe duda que los mexicanos andamos en todos lados y de una forma o de otra nos encontramos en alguno de los bares locales. ¡Gan bei!

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