Javier Murillo

A prepararse para la Inteligencia Artificial

La llegada de esa tecnología a las industrias hará que 75 millones de empleos sean desplazados para 2022 y podría crear 133 millones de empleos nuevos, un proceso en el que la educación jugará un papel fundamental.

Hay serias posibilidades de que los avances tecnológicos de la cuarta revolución industrial amplíen las brechas de habilidades entre seres humanos, llevándonos incluso a mayor desigualdad y una polarización social preocupante. Pero no entremos en caos, pues este espacio, querido lector, no tiene esa intención. Solo exponer los caminos que han desarrollado grandes potencias y aprender de estas.

Según el informe "El futuro de los trabajos 2018", del Foro Económico Mundial, se tiene previsto que más de 75 millones de empleos sean desplazados para 2022 en veinte de las economías más importantes del planeta. Al tiempo que los avances de la Inteligencia Artificial y las nuevas formas de trabajar también podrían crear 133 millones de empleos dirigidos a nuevos productos y servicios. Bajo este contexto, las personas laborarán con máquinas y algoritmos para satisfacer las demandas de la sociedad actual.

Desde los Alpes suizos también se reconoce que en el mundo laboral, en 6 de cada 10 empleados necesitaremos actualizar nuestras habilidades y mejorar nuestras calificaciones profesionales para 2022. Estamos cerca, ¿no? Los que están en mayor riesgo en las empresas son a menudo los que tienen menos probabilidades de recibir cursos de perfeccionamiento o actualización.

Las economías más avanzadas tienen contemplado que el desarrollo de las nuevas habilidades de la clase trabajadora requerirá de inversión. Solo hay que voltear a ver lo que ocurre en Estados Unidos, la transición del 95 por ciento de los trabajadores en riesgo a nuevos puestos de trabajo a través de la actualización puede costar más de 34 mil millones de dólares. Existen estimaciones en torno a que la iniciativa privada solo podría capacitar de manera rentable a alrededor del 25 por ciento de esos trabajadores, lo que sugiere la necesidad de colaboración empresarial, inversión del gobierno en turno y colaboración de los sectores público y privado para reducir los costos y alcanzar una escala eficiente sin distingos partidistas o electorales, claro está.

Valorar el capital humano no solo sirve para dotar a las personas del conocimiento y las habilidades para responder a los cambios tecnológicos, sino también para permitirles participar en la creación de un mundo más equitativo, inclusivo y sostenible. Invertir en las personas puede transformar a los observadores pasivos de la disrupción en líderes activos de un cambio positivo de manera global.

No hay que olvidar otro elemento para la actualización de esta y de las próximas generaciones: la educación. Sin lugar a dudas seguirá siendo fundamental para promover el crecimiento económico inclusivo y ofrecer un futuro de oportunidades. Sin embargo, a medida que las tecnologías de la 4R (Cuarta Revolución Industrial) crean nuevas presiones en los mercados laborales, la reforma de la educación, el aprendizaje a lo largo de toda la vida y las iniciativas de actualización de las habilidades laborales de los empleados serán clave para garantizar que las personas tengan acceso a un mejor nivel de vida.

Fundador y Presidente del Consejo de Metrics*

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