Javier Murillo

¡Ciudado con FaceApp!

Los expertos hemos alertado sobre la desapercibida política de privacidad de la aplicación.

Algo ocurre en nuestra mente porque simplemente no podemos con la curiosidad de vernos más viejos, más jóvenes o ver nuestros rasgos en otro sexo. Esto es explotado en Facebook gracias a millones de personas a través de FaceApp, la popular app de la empresa rusa Wireless Lab. Esta compañía ha empleado técnicas de deepfake al permitir transformar con un sorprendente realismo el género de un rostro.

FaceApp está ubicada en Wilmington, Delaware; el desarrollo original de los filtros es de Wireless Lab, fundada por Yaroslav Goncharov en 2013, y que en 2018 se mudó al centro de innovación ruso de San Petesburgo Skolkovo, en donde, por cierto, se mantienen los desarrollos de inteligencia artificial (IA).

Los expertos hemos alertado sobre la desapercibida política de privacidad de la aplicación, toda vez que se debe aceptar de inicio como requisito para utilizar la aplicación, y después de instalarla en el teléfono celular se debe aceptar que el sistema registre la IP del dispositivo y, lo que resulta más preocupante, la página web que se ha visitado antes de utilizar su sistema, aceptamos tácitamente que FaceApp registre buena parte de nuestra actividad online. ¡Sí!

Todo deja de ser divertido cuando el servicio advierte que registrará las páginas visitadas, tiempo y duración de los accesos, y lo peor del asunto es que se acepta que esta información sea cedida a terceros. No puede decirse que las cláusulas de privacidad de FaceApp sean confusas: explican claramente que se comercia con los datos, y que posteriormente son vendidos a otros. Sobre advertencia, no hay engaño.

El problema de este tipo de aplicaciones viene en dos vías: por un lado, obtiene un rendimiento de explotar los datos del usuario; por otro, quien quiera disfrutar de este tipo de apps debe aceptar, casi a ciegas, sus políticas de privacidad. Una vez que se aceptan, ya no hay vuelta atrás salvo que se ejerzan los derechos en materia de privacidad, pero nadie perderá el tiempo en ello.

Se ha hecho público que esta aplicación usa servidores de Amazon Web Services y Google Cloud para procesar y almacenar información, cuando hacen la transformación de la imagen y sólo los guardan entre 24 y 48 horas. El caché de las fotografías está almacenado temporalmente en los servidores y encriptado usando una llave localmente guardada en el equipo del usuario, dice FaceApp.

La empresa advierte en sus términos y condiciones que, si el usuario lo permite y autoriza, puede usar sus datos para redirigir publicidad personalizada y al ingresar a la app por medio de un tercero, como Facebook, los datos que ya estén liberados a dicha red social los puede obtener y usar con propósitos publicitarios o estadísticos. Negocio redondo. Existen varias aplicaciones similares a FaceApp que parecen divertidas: Style My Hair, donde ofrecen 'increíbles' cambios para encontrar el look perfecto; FatBooth, para quienes quieran ver cómo lucirían si dejaran de lado la dieta o el ejercicio; o Google Arts & Culture en la que los usuarios tienen la posibilidad de encontrar su parecido artístico de obras que existen alrededor del mundo. Por favor, tenga mucho cuidado.

Fundador y presidente del consejo de Metrics.

COLUMNAS ANTERIORES

La silenciosa amenaza de la desinformación digital
Meta, bajo ataque por demanda colectiva

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.