Nos han dado tantas explicaciones de por qué no existe la justicia en este país, que cuando alguien se atreve a definírnosla de manera tan clara nos sentimos aliviados. Hace algunas semanas tuve la oportunidad de entrevistar a la doctora Ana Laura Magaloni en el programa La Nota Dura. Nos habló de su actual tarea, el proceso de transformación de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México a la Fiscalía de Justicia de la CDMX; fue contundente, es un proceso que durará casi todo el sexenio y es el cambio de un sistema en su estructura y operación, incluso en una cultura distinta de entender la impartición de justicia. Se encargará de cambiar todo el trato a las víctimas desde su primer contacto con la autoridad; insisto, una tarea compleja y titánica. Sin embargo, está dispuesta a hacerlo, su cargo no le significa ninguna atribución económica, es honorario y vaya que, de llegar a buen puerto, nos haría un favor inmenso a todos.
¿De qué habla cuando habla de justicia? Es muy fácil, así lo describe: "He sido una defensora de que mientras que la seguridad sea coacción y no le demos un espacio a la justicia, el país no va a lograr pacificarse, y me pregunto ¿qué es la justicia? Pues la justicia sobre todo es una explicación, una explicación a la víctima, una explicación a la sociedad, una explicación al juez de qué pasó, quién es el responsable y cuál debe ser la sanción, en pocas palabras la justicia es una buena explicación". En años no habíamos escuchado una definición tan contundente de lo que necesitamos para alcanzar la paz, en medio de una estrategia de seguridad donde se pone, desde el gobierno federal, en la primera línea a la Guardia Nacional, escuchar que la salida va por el lado de los procesos de justicia más que por el lado de la fuerza militar nos devuelve cierta esperanza.
Hoy varios medios retomamos las palabras de la doctora Magaloni porque está en la antesala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; ayer compareció ante el Senado porque ha sido propuesta por el Presidente de la República en la terna para ocupar un lugar como ministra de la Corte. Repitió lo que desde hace años nos ha dicho, lo que ha escrito en sus columnas en el diario Reforma: "Si de lo que se trata es de separar el poder económico del poder político como propone AMLO, lo que se necesita es colocar entre ambos el poder de las instituciones de justicia y de persecución criminal. Y ello pasa por tres reformas complejas y disruptivas al statu quo: 1) reconfigurar los consejos de la Judicatura a través de los cuales se administran redes de influyentismo y corrupción en la impartición de justicia; 2) la creación de fiscalías fuertes, autónomas y efectivas que estén al servicio de los ciudadanos y no del poder y los poderosos; y 3) derribar las enormes barreras de acceso a la justicia que padecen millones de personas a través de defensorías públicas reales y no de papel y procesos judiciales sencillos y accesibles para todos", y también nos mostró su mirada de la Corte: "Necesitamos una Corte que pacifique, nos pacifique, que nos explique, que nos convenza, que entienda bien el contexto social y político en el que estamos inmersos", una Corte protagonista en la paz de este país.
Magaloni significa una voz y una mirada equilibrada, académica y de vanguardia. Su claridad nos acerca a algo que pensábamos lejano: es posible transformar este país desde instituciones honestas, aunque ni siquiera sepamos si alguna vez existieron.