La Nota Dura

Guerra de balas

Hemos sido testigos la última década de abusos policiacos y militares, casos que no se han resuelto de ejecuciones extrajudiciales.

Ya no hay nada que nos sacuda. Hemos sido testigos la última década de abusos policiacos y militares, casos que no se han resuelto de ejecuciones extrajudiciales y gobiernos que han permitido que encima de las Fuerzas Armadas se extienda una nebulosa. Las apuestas de los últimos sexenios en materia de seguridad han sido un fracaso: el gobierno de Felipe Calderón puso la estrategia contra el crimen organizado en manos de Genaro García Luna, hoy en un juicio acusado de recibir sobornos del narco y falso testimonio; Enrique Peña Nieto, que le apostó a una 'gendarmería' olvidada y fallida, y el presidente López Obrador ha optado por la militarización del país con una Guardia Nacional que sólo ha reclutado a militares que carecen de exámenes de control de confianza. Hoy en México, de acuerdo con un reportaje de Animal Político, existen 90 mil efectivos de la GN; de ellos, 51 mil 101 son elementos de la Defensa Nacional; 10 mil 149 son efectivos de la Marina, y los 26 mil 376 restantes son los expolicías federales.

No es un tema nuevo, decenas de académicos y especialistas han revisado y estudiado el significado y el peligro de lo que significa poner a militares a hacer labores de seguridad pública, basta revisar el trabajo de colectivos como Seguridad sin Guerra o trabajos bien fundamentados publicados desde el Programa de Seguridad Ciudadana de la Universidad Iberoamericana. Se han hecho congresos, mesas de análisis, cartas abiertas y nada ha cambiado la estrategia –sin estrategia– que hasta el momento ha planteado el gobierno de López Obrador.

La discusión otra vez acapara la agenda nacional por la publicación de un video en manos de El Universal donde aparecen militares asesinando a un civil. De acuerdo con la información publicada por el periodista Íñigo Arredondo, el video corresponde a la madrugada del pasado 3 de julio, donde soldados dispararon contra una camioneta donde viajaban presuntamente miembros del crimen organizado. "La versión oficial señalaba que después del cese al fuego no hubo nadie que tuviera signos vitales y así fue que presentaron 12 personas muertas después de un enfrentamiento, pero el video revela lo contrario. En él se ve que una persona se mueve en la caja de la pick up que acaba de recibir al menos 243 disparos. A su lado hay cuerpos. Frente a él están cinco soldados mexicanos apuntándole con lámparas y armas. Los militares gritan '¡está vivo!', y un militar ordena: 'mátalo a la verga'". El Presidente le pidió ayer al secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, que investigue el caso, y añadió que es cosa del pasado "asesinar detenidos".

Dentro de esta estrategia se ha olvidado que el objetivo no es matar miembros del crimen organizado, sino alcanzar la paz; no habrá un cambio de estrategia, como tampoco ha habido una intención de reconocer los errores hasta el momento cometidos. ¿Alguien sabe de alguna consecuencia al interior de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana después de lo ocurrido el 17 de octubre de 2019?

Otra vez que sirva este espacio para recordarle al secretario Alfonso Durazo sus palabras del 25 de abril de 2019: "Nos proponemos lograr un punto de inflexión en la tendencia de la criminalidad en los primeros seis meses de su aplicación. Un punto de inflexión en la tendencia creciente. Lograr niveles de paz y tranquilidad en los primeros tres años y aprovechar los tres años restantes del sexenio para consolidar los resultados y entregar en 2024 un país estable y en paz". Le queda un año para "lograr niveles de paz y tranquilidad" en este país donde militares siguen asesinando civiles en lo que es y seguirá siendo una guerra de balas sin importar a quién van dirigidas.

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