Moneda en el Aire

Las uniones de crédito, la verdadera cara de las Pymes

Las uniones de crédito son tan diversas como lo son las actividades de negocios que hay en el país.

Si hay una figura que década tras década ha estado cerca de los microempresarios y Pymes mexicanas en todo el país e incluso en lugares inimaginables para muchos, son las uniones de crédito. Estas intermediarias financieras conocen muy bien las necesidades de sus socios.

Las uniones de crédito son tan diversas como lo son las actividades de negocios que hay en el país. Hay especializadas en el campo, exportaciones, contadores, servicios, por nombrar algunas. Quizá tristemente muchos recuerden a la de agentes aduanales que dieron nacimiento al Banco Bicentenario, que ya es parte de la historia reciente de quiebras o a la Unión Progreso de Chihuahua, que tiene licencia bancaria sin echar a andar. Pero hablando de lo positivo de estos intermediarios financieros, durante este año es que mostraron, una vez más, que fueron hechas para estar cerca de las Pymes y apoyarlas.

Un dato interesante dado por la autoridad financiera es que solo 7.3 por ciento de las uniones utilizaron los criterios contables especiales para diferir pagos de los créditos de sus socios, las demás tomaron medidas al interior, con base en la amplia experiencia que han tenido en manejo de crisis y carteras; el resto se abstuvo de aplicar las excepciones regulatorias que autorizó la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).

Sin embargo, pese a la fortaleza que el gremio ha mostrado, y muy en especial las agrupadas al Consejo Mexicano de Uniones de Crédito (ConUnión), que lleva Luis Morales desde hace un par de años, reconoce que lo que más le preocupa es la incertidumbre respecto del desempeño de los portafolios crediticios ante la falta de estímulos fiscales.

Este lunes tuvieron su asamblea virtual, en donde por cierto estuvo el presidente de la CNBV, Juan Pablo Graf, del cual destacaron que ha sido un gran interlocutor con las demás autoridades financieras y que tiene una escucha activa sobre las necesidades del sector, pero aún hace falta trabajo por hacer.

Aunque si bien para el gremio tanto la CNBV y Banxico han puesto todo lo que pueden, les falta orquestar otros incentivos, como dar certeza a la inversión, con seguridad jurídica y con elementos que coadyuven a la sostenida generación de empleos que se han ido perdiendo, pues aunque las Pymes sean apoyadas para ir sobreviviendo a la caída de la economía, se requiere que insistan más.

Y eso, reconoce Luis Morales -que por cierto fue reelegido por un año más para ser el presidente de ConUnión- es algo que no se ve claro, pues considera que hay elementos para pensar que la recuperación económica se puede comenzar a dar, pero no se puede afirmar aún que así será, y más si se ven los últimos datos económicos, por lo que urge activar apoyos.

La preocupación para el sector de uniones de créditos es precisamente la falta de apoyos y mecanismos de cobertura de portafolios como esquemas de primeras pérdidas por parte de la banca de desarrollo, ya que Nafin y Bancomext tienen que entrar ‘con fuerza’, pues las uniones de crédito son un gran aliado para dispersar crédito a la micro, pequeña y mediana empresas (Mipyme), ya que las conocen perfectamente, y hasta ahora no se ha hecho eco a este pedido; el tiempo avanza y urge que alguien ordene activar estos esquemas de forma inmediata. Por lo pronto, la moneda está en el aire.

COLUMNAS ANTERIORES

Salvar a la industria textil mexicana
Lo bueno y lo malo del Infonavit

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.