En muchas profesiones, sin duda, la brecha de género se ha ido cerrando, aunque no necesariamente la brecha salarial, ya que sigue habiendo desigualdad en el pago del salario entre hombres y mujeres que ejercen un mismo puesto en una empresa, pero en general ha habido algunos avances, aunque hay áreas en las que aún falta mucho camino por recorrer como es en el ámbito de las ciencias y profesiones tecnológicas.
Quizá por eso la iniciativa puesta en marcha hace unos años por la Asamblea General de las Naciones Unidas para designar el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia debe recordarnos el mucho trabajo que hay en ese tema en México, por ejemplo, en carreras tecnológicas se estima que menos de 20 por ciento de los trabajos son ocupados por mujeres, lo que quizá también viene de origen; en el área de ciencias en el ciclo escolar de 20202-2021 de la carrera de Física de la UNAM la oferta de lugares fue de 440 y de alumnos de primer ingreso 27 por ciento fueron mujeres y 73 por ciento hombres, y no olvidemos que a la mitad de la carrera, las estadísticas muestran una deserción de casi 50 por ciento, por lo que el número de mujeres que finalizan la carrera se reduce más y las que se incorporan a la vida laboral es todavía mucho menor.
Más mujeres en áreas de ciencia y tecnología implicarían un mayor crecimiento económico según algunos especialistas, ya que los cambios que podrían poner en marcha en las industrias abrirían la puerta a temas de competencia e innovación, así como a altos salarios y mejores condiciones laborales, y no quedarían fuera de que las mujeres estemos representadas en el diseño de las tecnologías que están transformando el mundo como bien explican Paula Szenkman, Estefanía Lotito y Sofía Alberto en su estudio “Mujeres en ciencia y tecnología: cómo derribar las paredes de cristal en América Latina” publicado por CIPPEC, un organismo argentino, en donde analizan las políticas y casos en Argentina, Brasil y México, que han hecho que las mujeres sigan atrás en estos temas, pero lo más importante, dan amplias recomendaciones para que gobierno e iniciativa privada trabajen de la mano en derribar esos obstáculos para las mujeres de todas las edades; ojalá alguien en nuestro país tome pronto la iniciativa.
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Y en el otro lado de la moneda, buen trabajo realizado por todo el equipo de Santander y en especial en el área que lleva Marcela Espinosa, directora ejecutiva de Relaciones Públicas, Comunicación Interna y Banca Responsable en Santander México, ya que el banco fue incluido dentro del Sustainability Yearbook de S&P Global, por segundo año consecutivo, por el avance de sus prácticas basadas en criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés) y ya que hablamos del banco, se sumaron al interés por adquirir a Banamex tanto su presidenta Ana Botín como el director de Finanzas del grupo en México, Didier Mena, quienes indicaron tener la chequera lista por si van por el banco.
Por cierto, hay que destacar el comentario de Mena, que “Si Citi descarta a jugadores extranjeros, terminarán con muy pocos posibles interesados”, esto desde luego si el grupo estadounidense opta por seguir la sugerencia del presidente Andrés Manuel López Obrador de que sea un grupo mexicano el que adquiera a Banamex, ya que al menos Santander, como dijo, tiene claro que son “el mejor candidato para consolidar el sistema bancario mexicano” y bueno entrando a las especulaciones y apuestas, yo coincido en que Santander podría ser el ganador, en segundo lugar Banorte y en tercero Banco Azteca. Ya veremos en los siguientes meses finalmente quién es el elegido. Por lo pronto, la moneda está en el aire.