No se trata de ir en contra de las nuevas tendencias ni los aportes tecnológicos que han hecho, ni mucho menos de la inclusión financiera que algunos de estos modelos han hecho en ciertos segmentos de la población, más bien de que autoridades, clientes y las mismas empresas de tecnología, algunos llamándose ‘neobancos’, sin poder usar el término banco al menos en nuestro país, que estén atentos y alertas sobre los riesgos que asumen al no tener una regulación o vigilancia especial.
Lo anterior, ante el análisis presentado en plena Semana Santa del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre los retos de las fintech y los llamados ‘neobancos’ y los riesgos que pueden generar en los países.
Si bien es cierto que muchas de estas figuras aseguran que tienen una vigilancia estrecha de sus inversionistas y mercados tanto o más que las instituciones financieras tradicionales como los bancos, lo cierto es que al otorgar servicios o productos financieros innovadores o en algunos casos de manera más fácil, por ende, considerada riesgosa, pueden presentar mayores problemas futuros.
El tema ya fue abordado incluso en la última edición del informe sobre la estabilidad financiera mundial (informe GFSR), pero ahora explica el FMI que los llamados “bancos digitales o neobancos” están cobrando importancia sistémica en sus mercados locales y están más expuestos que sus homólogos tradicionales a los riesgos derivados de los préstamos de consumo, y suelen disponer de menos reservas frente a pérdidas porque por lo general no cuentan con garantías, además de que los neobancos aún no han sido probados en un contexto de desaceleración económica.
Lo que es un hecho y es innegable, refiere el análisis, es que se necesitan políticas que estén enfocadas de forma proporcionada en las empresas tecnofinancieras y los bancos tradicionales. El caso de las empresas financieras que se hacen llamar ‘neobancos’ (en México recordemos sólo quienes son bancos pueden usar ese término), significa requisitos más estrictos de capital, liquidez y gestión de riesgo y en el caso de los bancos tradicionales que estén menos avanzados tecnológicamente revisar sus modelos de negocios porque ante el avance de las nuevas figuras pueden ser menos sostenibles.
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Y en el otro lado de la moneda, aunque digan que el proceso de venta de Banamex llevará su tiempo, lo cierto es que ante los posibles compradores, varios de ellos ansiosos de tener en sus activos a la institución, el proceso podría ser rápido. Por lo pronto, la matriz Citi confirma que ya ha tenido acercamientos con varios de los interesados y están en el arranque de las pláticas para conocer con quién ‘bailarán’ en los siguientes meses. Por lo pronto, para sus clientes, como bien dijo en su reciente visita Paco Ybarra, director general de Grupo de Clientes Institucionales de Citi, que se reunió con todos los clientes más importantes en México, el mensaje es claro para los usuarios de Banamex y hace énfasis en que tienen la intención de dejar el negocio en buenas manos y que la confianza que hoy tienen con el banco no se deteriore de ninguna manera y desde luego los grandes negocios buscan que sigan siendo clientes de Citi.
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Una monedita que hay que seguir es que en toda la industria financiera, el regreso a los corporativos inició ya de manera paulatina, con formato híbrido en su mayoría ya que ha quedado demostrado que trabajar a distancia puede ser en muchas áreas incluso más eficiente. Ojalá esos datos sean tomados en cuenta de manera más efectiva por todas las empresas al momento de hacer sus planes de regreso a las oficinas. Por lo pronto, la moneda está en el aire y nos vemos de regreso en mayo.