En un mundo globalizado como el nuestro y en donde México ha sido uno de los mercados más importantes para un gran número de empresas de todos los sectores, por su cercanía con Estados Unidos y su apertura al comercio en general, la desaparición de marcas nacidas en México no es algo nuevo.
En los últimos años, un sector que se ha transformado para dar paso a las marcas internacionales ha sido el bancario. Si bien en un principio algunas lo hicieron de un día para otro como Bital que se convirtió en HSBC, otro lo hicieron paulatinamente como Santander Serfín, Scotibank e Inverlat, o Banamex que agregó a Citi, ahora inicia la desaparición de la marca Bancomer tras casi 86 años de tener presencia en el país y que será en un futuro conocido únicamente como BBVA.
Si bien este fue un proceso que se debatió durante 14 años, el cambio de nombre llegó también con el cambio de la presidencia en el grupo español al salir Francisco González y llegar Carlos Torres como nuevo presidente. ¿Coincidencia? No lo creo.
Pero aunque hay elementos a favor de que Bancomer no exista en un futuro en el nombre del banco, como el hecho de que en las estadísticas recientes no aparecía entre las 30 marcas más valiosas como Bancomer, pero si a nivel mundial como BBVA, en México. Banorte, por ejemplo, está por encima de Banamex como marca con más valor y Azteca por encima de Banamex. Inbursa únicamente un nivel abajo, siendo Corona la marca con mayor peso en el país.
El espectro en México de bancos es muy amplio e importante, somos el sistema donde operan instituciones de todas las nacionalidades y todo indica que continuará así en los próximos años, pero el anuncio de la desaparición de una marca bancaria tan conocida como Bancomer en los siguientes años seguramente dolerá a muchos de sus viejos clientes, los nuevos el corto nombre de BBVA y el nuevo logo, que algunos dijeron parecía como ilustración de un videojuego, abrirá la puerta a más negocios.
Este proceso, no hay duda, lo seguirá de cerca Citibanamex, que en algunas de sus plataformas ya eliminó el Banamex y dejó únicamente Citi, por lo que podría ser el impulso del grupo estadounidense para dejar atrás otro emblemático nombre. Ahí la moneda ya está en el aire.
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Y en el otro lado de la moneda, a unos días de que concluya el proceso de la declaración de impuestos, casi en la rayita, Banorte logró poner en orden las constancias de retención de intereses de sus créditos hipotecarios que por problemas en sus sistemas habían emitido en ceros, ya se imaginará cómo estaban quienes deberían hacer los procesos de declaración sin ese documento. Afortunadamente logró entregarlas a tiempo. ¿Error del sistema o de alguien? La pregunta del millón.
Otra monedita que hay que seguir es el tema de la llamada quiebra fiscal en el ISSSTE. Según los cálculos hechos el año pasado por Mario Di Costanzo, entonces titular de la Condusef, se advertía que con la desaparición del seguro de gastos médicos mayores para servidores públicos la demanda de los servicios por parte de los burócratas se incrementaría y con ello el gasto del instituto, ya que se estiman son dos millones más de personas que requerirán atención médica en el ISSSTE, al no contar con el seguro de gastos médicos, de las cuales casi un millón, calculó, buscarían consultas especializadas, lo que podría ser un impacto económico de más de 4 mil millones de pesos, es decir saldría más caro que los 2 mil 700 millones de pesos que se ahorraron al eliminar el seguro de gastos médicos. Por lo pronto, la moneda está en el aire.