Moneda en el Aire

Despachos de cobranza, en acción

Ya aparecieron empresas que ofrecen servicios para que los clientes de los bancos con un alto nivel de endeudamiento paguen menos.

Los datos oficiales más recientes muestran que algunas de las áreas en donde más han crecido las solicitudes de asesoría y quejas de los usuarios de servicios financieros pareciera que están relacionadas con esta pandemia: una es sobre el reporte de la mala gestión de los despachos de cobranza y la segunda, tristemente, es consultar si son beneficiarios de algún tipo de seguro.

Pese a que los datos de las distintas plataformas que maneja la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) no están actualizados, como es el caso del Buró de Entidades Financieras (BEF) que mantiene cifras a diciembre de 2019 y ya estamos en septiembre de 2020, esto pese a la importancia para medir el desempeño de las instituciones, hay otras áreas que sí han actualizado y que permiten ir midiendo lo que sucede en algunos temas del sector financiero.

En el primer trimestre del año, por ejemplo, la Condusef registró un aumento en la consulta para saber si se es beneficiario de algún seguro, donde se hicieron más de 44 mil solicitudes de información, lo que fue un incremento de 5.2 por ciento con respecto al mismo periodo del año pasado.

Pero el segundo mayor aumento de solicitudes de ayuda de usuarios que recibió el organismo en ese trimestre fue la gestión de cobranza, vía el Redeco, donde recibieron 12 mil 164 quejas, lo que es un aumento de 7.6 por ciento, que en número incluso superaron las consultas y reclamos de los usuarios de servicios financieros que se quejan por disposición de efectivo en cajero automático y que no fue reconocida por el cliente donde fueron siete mil 863 casos, pero en porcentaje aumentó 72 por ciento.

Sin embargo, al cierre de junio, lo que debe prender las alertas tanto de las autoridades como de los bancos es la forma en que han empezado a actuar sus despachos de cobranza, ya que se tuvo un incremento de 98 por ciento en las quejas y controversias por productos en materia de cobro.

Cobrar un crédito que se otorgó y no se ha pagado por parte del cliente es parte de la responsabilidad y obligación que tienen los bancos, no sólo con sus accionistas sino con sus clientes y ahorradores y eso no hay que olvidarlo, pero la forma en cómo se hará y llevará a cabo la recuperación de la cartera vencida en las circunstancias inéditas que hoy se viven serán la gran diferencia para atraer clientes en el futuro.

Hoy un gran número de personas que aún no muestran atrasos en sus pagos, pero sí tienen un alto nivel de endeudamiento, no sólo están recibiendo llamadas para recordarles el pago, sino ya han aparecido empresas que ofrecen sus servicios para que la persona pague menos, sin explicarles a muchos de ellos que no trabajan con las instituciones financieras de forma directa ni mucho menos tienen convenios, tema del que próximamente platicaremos más a detalle.

Lo que sí es que en este mes y en los siguientes arrancará un nuevo plan para reactivar el pago de los más de nueve millones de créditos diferidos por la banca; nuevas opciones a las que algunos tendrán acceso, pero muchos más por su nivel de deuda simplemente no podrán aspirar a ese camino; a ellos los despachos de cobranza seguramente los buscarán y ojalá lo hagan cumpliendo con las reglas establecidas, sin amenazas, por ejemplo de acciones penales, ya que hay que recordarles que nadie puede ser encarcelado por una deuda de carácter civil con una institución crediticia como bancos y Sofomes. Por lo pronto, la moneda está en el aire.

COLUMNAS ANTERIORES

Las historias de Paco Gil
Créditos para construir centros de distribución

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.