Moneda en el Aire

Los apoyos de los bancos: el gran reto que viene

La preocupación es cómo van a diferenciar los nueve millones de créditos que sí pidieron diferir pagos, de los que no lo hicieron y que tienen alguna dificultad financiera.

Este viernes vence el plazo para que los bancos puedan registrar a clientes que hayan pedido el diferimiento de los pagos de sus créditos por haber tenido alguna afectación en sus ingresos derivado de la pandemia y con ello, iniciará una segunda etapa de apoyos, y también de alerta total de los bancos.

Son nueve millones de créditos los que están en estos programas de diferimiento de pagos y veremos sus efectos en lo que resta del año; si regresan a pagar puntualmente, si ya no pueden hacerlo por no tener ingresos o pueden pagar, pero no todo por tener una disminución en sus ingresos, en estos dos últimos casos el escenario es que inicien el proceso de acercarse a su banco e informen su situación para que de la mejor manera se busquen opciones para continuar pagando bajo una reestructura sin que tenga efectos negativos en su historial crediticio.

Actualmente en el historial crediticio las reestructuras se identifican con tres claves de observación, esto dependiendo la forma en que se llegó a un acuerdo con el banco o el acreedor, y quedan registradas como RA: Cuenta reestructurada sin pago menor, por programa institucional o gubernamental, incluyendo los apoyos a damnificados por catástrofes naturales; RN: Cuenta reestructurada debido a un proceso judicial y RV: Cuenta reestructurada sin pago menor por modificación de la situación del cliente, a petición de éste. Esta última clave es la que podrían adoptar las instituciones que den a sus clientes esta opción y con la cual no tendrían una afectación en su historial, ya que sólo cambiarían condiciones de su financiamiento.

Siempre hay un pero, porque en el mediano plazo puede generarse un problema mayor, y esto debido a que si alguna persona con una reestructura que además estuvo en el programa de diferimiento y se cambia de banco, la nueva institución a la que acuda no tendrá ningún antecedente de que pidió ayuda para no pagar, pudiéndose generar un problema de sobreendeudamiento.

Y debido a que no se puso ningún tipo de clave para identificar en los historiales crediticios el Apoyo Covid (aunque algunos bancos en sus estados de cuenta sí lo aplicaron) los bancos no podrán diferenciar a una persona que estuvo en ese programa y se cambia o pide un crédito en otro banco de uno que sí continúo pagando a tiempo, ya que en el historial crediticio no hay ninguna clave que lo identifique.

Para algunos expertos, la preocupación es precisamente cómo van a diferenciar a los nueve millones de créditos que sí pidieron diferir de los que no lo hicieron y que en cierto modo tienen alguna dificultad financiera, si bien a nivel interno cada banco lo sabe, ahora ante la oferta que hay, por ejemplo, en créditos hipotecarios, irse a un banco que da menor tasa a alguien que tuvo problemas para pagar y pidió el Apoyo Covid no se podrá identificar.

¿Qué es lo que sigue? Simplemente que ahora ya varios bancos se dieron cuenta que debieron poner en el historial crediticio alguna clave que indicara la situación de ese crédito, como se hace cuando hay desastres naturales que no se paga, por ejemplo, un préstamo hipotecario, porque hubo un sismo o huracán; hoy lo que nos espera es que quienes estén pensando en sacar un nuevo financiamiento es que serán examinados a mayor detalle. Se viene una intensiva revisión de las nuevas solicitudes de crédito, y ese será un reto de la banca de tener abierta la llave del crédito, pero hacerlo con sumo cuidado no sólo para no sobreendeudar a una familia, sino también para no dañar sus carteras. Por lo pronto, la moneda está en el aire.

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