Moneda en el Aire

Los biométricos y el SAT

El SAT pide permiso para ofertar el 'servicio de verificación de identidad de los usuarios' tanto a entes privados como públicos.

La base de datos biométricos gremial que la banca trabaja desde hace tiempo parece que ya no sólo va tomando forma, sino que incluso todo indica que será posible que tengan acceso en el próximo año a una de las bases gubernamentales que estaban interesados en checar que es la del Servicio de Administración Tributaria (SAT).

Actualmente los bancos trabajan y pagan por verificar en tiempo real con el Instituto Nacional Electoral (INE) las huellas dactilares que tienen de más de 90 millones de mexicanos en su base de datos y con la cual checan si el nuevo cliente o actual, coinciden sus huellas con las que tienen en el INE. Así ha salido corriendo más de un 'cliente' evitando robo de identidad, por ejemplo, o vaya a saber que otro fraude.

Bueno, ahora el SAT pide permiso para ofertar el 'servicio de verificación de identidad de los usuarios' tanto a entes privados como públicos, ya que asegura que cuenta con más de 100 millones de huellas dactilares, más de 20 millones de iris y más de 15 millones de rostros, todos bajo los estándares biométricos establecidos por el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST por sus siglas en inglés) que es técnicamente también parte de las certificaciones que deben cumplir los bancos.

El servicio —asegura— sería dado para que se pueda hacer una comparación automatizada con huellas recabadas por otros entes públicos o privados "que cuenten con la infraestructura tecnológica necesaria para el procesamiento y petición automatizada de confirmación de identidad conforme a la información biométrica que transmitan" y la respuesta al igual que con el INE sería al verificarse las huellas, si está o no, en su base de datos.

La validación será a partir de los elementos que sean enviados y emitirá sólo la respuesta de la coincidencia o no de la información biométrica, por lo que dice no se comparten datos personales, pero el detalle que se ve y que ya es analizado por especialistas en el tema, es que los datos biométricos fueron entregados con un fin en particular a una institución pública, que ahora al igual que el INE todo indica que podría cobrar por ese servicio de verificación de identidad.

Lo cierto, es que hay otras bases de datos biométricos en poder y uso del gobierno federal como el IMSS; la Secretaría de Relaciones Exteriores también con la emisión de pasaportes y de seguir el mismo camino. La integración de estas bases podría ser un paso positivo para tratar de frenar el robo de identidad e incluso ayudar a crear una identificación oficial más completa y segura; lo malo es que una vez más los millones de mexicanos que entregamos esos datos a entidades públicas podrían lucrar con ellas. En fin, nada es perfecto y todo tiene un costo.

* * *

Y ya que hablamos del SAT, para quienes no siguen los reportes financieros ni los temas legales y fiscales, quizás esté causando sorpresa el que empresas e instituciones financieras parece que están en un desfile de pagos de adeudos al fisco "doblando las manos", pero la realidad es que son muchos y por miles de millones los temas de interpretaciones fiscales que se litigan cada día. Ayer, por ejemplo, BBVA Bancomer informó que acordó pagos complementarios porque justamente había diferencias de criterio en temas relacionados con el ISR de siete ejercicios fiscales y pagó alrededor de 450 millones por cada uno de ellos, pero en esos años pagó más de 43 mil millones de pesos sólo de ese impuesto donde los datos son públicos. En 2018 y 2019 pagó sólo de ISR 40 mil millones de pesos.

En general, dentro del sistema financiero, los bancos son los que mayor aporte de impuestos hacen. Ahí están los reportes financieros públicos, lo malo que este año, por la caída de la economía y el hecho de que difirieron créditos y en el caso de BBVA Bancomer hasta los intereses, el aporte que harán al fisco será mucho, mucho menor. Por lo pronto, la moneda está en el aire.

COLUMNAS ANTERIORES

Sistema financiero sostenible
Sexenio sin alianzas entre bancos

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.