Moneda en el Aire

¿Quién dijo que tener un banco era fácil?

Por cinco años, Banco Progreso ha vivido ‘de todo’ para poder operar, y al parecer está cerca de lograrlo.

El 21 de marzo de 2014 se dio la autorización del que sería un banco con una buena presencia regional, además de tener como origen nuevamente una unión de crédito que por su fortaleza e historia era una candidata idónea para dar el siguiente paso a esa figura financiera, pero en el camino se le atravesó un gobernador, que dio al traste con estos planes.

La historia obviamente trata del Banco Progreso que obtuvo su licencia ya hace cinco años y dos meses, tiempo en el cual básicamente ha vivido de todo para poder operar, sin poder lograrlo y todo indica que esa licencia se irá al 'archivo muerto'.

Ahora todo camina para que sea a través del 'cascarón' de la licencia de Bankaool, en donde el vehículo de la Unión de Crédito Progreso y de la Sociedad Financiera Popular Akala, que inicialmente serían las dos figuras financieras que se subirían al Banco Progreso, pasen a este banco y los socios de esas dos entidades puedan por fin luego de cinco años de espera tener una institución financiera.

Por lo pronto, la calificadora S&P revisó al alza las calificaciones de Bankaool, que como recordamos vendió ya parte de su cartera. Ahora esperan que se transfieran de forma exitosa los activos y pasivos de la Unión de Crédito Progreso y Akala, con lo que mejoraría el balance general del banco, la estabilidad del negocio y la posición de mercado de Bankaool, aunque de no concretarse la operación, nuevamente podrían bajar las notas de la entidad.

Pero aun concretándose la operación, la cartera de crédito y su participación en el sistema bancario sería de menos de uno por ciento en términos de cartera total, pero sin duda si algo ha caracterizado a la unión de crédito es la tenacidad y paciencia para tener un banco, ya que luego de todo lo que ha pasado, será interesante ver el modelo de negocio que pondrá en marcha y sobre todo demostrar que esa figura financiera sí puede convertirse en un banco exitoso, ya que al menos la incursión más reciente de la unión de crédito Nuevo Laredo, que se convirtió en Banco Bicentenario, no fue afortunada. De hecho, fue el primer banco en quebrar en la era moderna de la banca.

La diferencia, claro, es que la unión de crédito Progreso que opera en Chihuahua y que a lo largo de su historia ha sido un caso de éxito en esa entidad, pueda tener un negocio bancario sano, ya que su enfoque es satisfacer las necesidades de financiamiento del sector agrícola e instituciones financieras no bancarias con operaciones en el estado de Chihuahua, ahí S&P prevé que la concentración de cartera de crédito en ese estado será de 75 por ciento, con el propósito de irse diversificando en el futuro. Por lo pronto a esperar que se concrete y tengamos un banco con mayor esencia agrícola operando.

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Y en el otro lado de la moneda, ya cada vez más se comenta en el sector financiero que los cambios anunciados en las últimas semanas por Santander van más allá. Recordemos que está ofreciendo comprar a los minoristas acciones en circulación lo cual, aseguran, es para tener una mayor fortaleza en México, luego de la salida el próximo año de Marcos Martínez del Consejo de Administración, que era más que esperado. Pero todo esto, dicen, apunta a que el banco busca deslistarse en México al cierre de este año o inicio del siguiente. La razón, aseguran, es que pese a la cercanía y buena relación de la presidenta del banco, Ana Botín, con el presidente Andrés Manuel López Obrador -incluso es la única banquera que ha ido a comer a su casa siendo ya presidente electo-, el futuro no lo ven tan cierto y prefieren tener el mayor control del banco. Sin duda en este tema, el tiempo lo dirá. Por lo pronto, la moneda está en el aire.

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