Moneda en el Aire

Reconocimiento facial en tiendas y bancos

Desde hace tiempo se valora incluir la tecnología facial en las sucursales bancarias, para que cuando entre un cliente esté identificado y sea atendido según su perfil.

Si algo se ha logrado avanzar en los últimos años es en la modernización de muchos de los servicios que cotidianamente utilizamos, un ejemplo es la forma en como hoy se paga, sin tarjetas presenciales, con celulares, un reloj, con reconocimiento facial, entre varias opciones más y en donde la banca ha ido avanzando a paso más veloz.

Por ello, es interesante el reporte 'Tiendas inteligentes–Reactivando el comercio minorista a través de la automatización en la tienda', realizado por el Instituto de Investigación Capgemini, que encuestó a más de cinco mil consumidores y 500 ejecutivos minoristas en América del Norte, Europa y Asia, que reveló que 59 por ciento de los consumidores que han visitado anteriormente tiendas automatizadas estarían dispuestos a cambiar sus compras de un minorista sin tecnologías de automatización, a una que las ofrezca, cifra que aumentó a 67 por ciento entre los encuestados de 22 a 36 años (millennials).

Esto porque la mayoría de los consumidores piensa que la automatización puede ayudar a resolver los puntos críticos que experimentan en el establecimiento, incluyendo las largas filas de pago, la dificultad para encontrar productos y la falta de existencia de mercancías.

Pero lo más interesante de todo esto es que si bien la automatización juega un papel importante para que los clientes que anteriormente dependían del comercio electrónico también regresen a las tiendas, no todo es color de rosa con respecto al uso de la tecnología, ya que al preguntarles si irían a una tienda que tenga reconocimiento facial, la gran mayoría de los encuestados dijo que no.

Esto viene al tema, porque hoy los bancos y las grandes tecnológicas analizan desde hace tiempo incluir esta tecnología en una sucursal bancaria, para que cuando entre un cliente esté identificado desde el primer momento y sea atendido acorde a su perfil y ofrecerle algún producto con base en ello; pruebas muy básicas se han realizado ya en diferentes países de la región como en Brasil, sin poner en marcha una prueba piloto en forma.

La semana pasada, por temas del incremento a robo a cuentahabientes al salir de una institución, autoridades y bancos hablaron incluso de la posibilidad de que se identifique cada persona que entre a una sucursal bancaria, quizás la aplicación de reconocimiento facial al momento de entrar a una sucursal no sea un tema muy lejano que pronto estemos discutiendo.

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Y en el otro lado de la moneda, el avance de las fintech en México ha sido más que notorio, pero eso sí: hay de fintechs a fintechs, las que están en proceso de certificarse ante la CNBV, las que tienen en sus filas directivos con experiencia en el sector financiero, las innovadoras y las que hay que mantener muy lejos.

Un buen ejemplo de una fintech que tiene entre sus filas a exdirectivos del sector financiero, como David Arana, y por ende conocen parte de los procesos que sufren las Pymes, es Konfío, que otorga créditos empresariales. A partir de hoy tiene alianza con Visa, liderada por Luz Adriana Ramírez, esto vía una tarjeta de crédito empresarial que será digital, tal como opera la fintech.

Prevén que en seis minutos las Pymes mexicanas podrán solicitar y obtener una tarjeta digital, con acceso inmediato a una línea de crédito dinámica vía el portal de la empresa, para después tener la tarjeta física, habilitada con la tecnología de Pagos sin Contacto que ya tiene Visa.

Según un estudio de Visa sobre oportunidades y desafíos de las Pymes en la nueva era digital, se ve un alto nivel de bancarización en este segmento, debido a que la mayoría cuenta con al menos un producto financiero personal y las transferencias bancarias son la forma de pago más recurrente; con esta tarjeta esperan al mismo tiempo ayudarle a la Pyme a tener un historial crediticio y que pueda separar sus gastos de negocio, pagos y financiamiento con proveedores. Por lo pronto, la moneda está en el aire.

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