Moneda en el Aire

Un día importante para la generación Afore

La reforma al sistema de pensiones permitirá darle entrada a cambios para millones de trabajadores que hoy tenían un futuro incierto, pese a estar en la economía formal.

La generación Afore en cierta medida hoy puede estar mucho más tranquila, pero no por eso menos preocupada y pendiente de lo que tiene que hacer para mejorar su futuro cuando se jubile. Ya se promulgó la reforma al sistema de pensiones que modificaron los legisladores y en donde si bien hay un 'prietito' en el arroz, ya es una realidad que muchos más tendrán acceso al menos a una pensión mínima.

La publicación por parte del Ejecutivo en el Diario Oficial de la Federación (DOF) permitirá darle entrada a cambios que significarán que millones que hoy tenían un futuro incierto, pese a estar en la economía formal, tengan una cuenta de Afore y hacer sus aportaciones obligatorias. Antes difícilmente podrían alcanzar una pensión, dado que las semanas cotizadas que se piden son irreales en el mundo actual de una alta movilidad entre la formalidad, el emprendurismo y los contratos cada vez más por honorarios. La reforma vino a cambiar eso.

Con el tema de los topes a comisiones −que al menos en 2021 no se aplicarán−, se ha olvidado todo lo bueno que ella tiene y que hay que destacarse. Mari Nieves Lanzagorta, vicepresidenta de vinculación de Amafore, lo resumía en algunos puntos clave, y lo que significará para millones. Lo más importante es que las semanas se reducen de mil 250 a sólo 750, con lo cual, por ejemplo, personas que entraron a trabajar después de 1997 y han laborado los últimos 14 años y tienen la edad para jubilarse, podrán ya acceder a este beneficio sin haber cumplido los 23 años laborando que se pedían antes. Es decir, veremos a los primeros jubilados bajo estos cambios.

Otro punto a destacar es que se incrementa la aportación patronal, con lo cual los que ganan, por ejemplo, hasta cuatro UMAs, lo que eran salarios mínimos, podrían acceder al momento de jubilarse hasta al 100 por ciento de su salario o más, cosa que hoy no sucede, ya que al haber una redistribución de las aportaciones del gobierno permite que los que menos tienen puedan tener una mejor pensión y quienes ganan más, que hoy según los cálculos se jubilarían con un máximo de 30 por ciento de su pensión, estarían alcanzando una pensión equivalente alrededor de 60 o 70 por ciento de su salario.

Para los patrones, el aumento en la aportación iniciará hasta 2023 por lo que tendrán dos años para prepararse. Al menos las grandes empresas estuvieron de acuerdo con ello, ya que el problema que tendremos en un futuro por este tema, como bien dijo Larry Fink, de BlackRock, es una amenaza silenciosa que debe combatirse desde ya. Desde luego hay otros aspectos en qué trabajar como aportaciones voluntarias, esquemas complementarios y reales para todos aquellos en la economía informal y que puedan tener una pensión garantizada. Esperemos que esta reforma sea el comienzo de más cambios que beneficien a aquellos que hoy tienen un futuro más que incierto para su vejez.

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Y en el otro lado de la moneda, el dictamen preliminar emitido por la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) representó un duro golpe a las dos principales redes de pagos con tarjetas en México, ya que considera que no hay competencia en ese sector, lo que incrementa, dicen, los costos de nuevos participantes en ese mercado, y también impide que más negocios acepten los plásticos como medio de pago y en algunos traspasan el cobro de la comisión del uso de la tarjeta. Además le pide a los bancos vender sus acciones de Eglobal y Prosa.

Esta historia apenas empieza y es semejante a la que se vivió con las sociedades de información crediticia, que también pertenecen a los bancos y justo, decían, afectaban a las instituciones que no eran socias. Ahí la solución más o menos ha funcionado, que fue darles casi la misma tarifa de acceso a los expedientes a todos. El negocio de los dos procesadores de pago más importantes que operan en el país dará mucho de qué hablar en los siguientes meses, ya veremos si se defienden. Por lo pronto, la moneda está en el aire.

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