Moneda en el Aire

Vales de despensa, en la mira

A las empresas emisoras de vales les preocupa que el proceso de licitación termine en una adjudicación directa y todo lo que se cumplió para formar parte de una licitación haya sido en vano.

Jeanette Leyva Reus

Moneda en el Aire

A menos de tres meses de que termine el año, un tema que ya está en el centro del debate entre las empresas emisoras de vales no es sólo el que nuevamente se pueda discutir la deducibilidad al 100 por ciento de esta prestación, sino más bien lo que sucederá en la próxima licitación que realizará el gobierno federal para elegir a la empresa que se encargará de distribuir esta prebenda entre sus trabajadores.

Todo empezó a finales de agosto cuando la Oficialía Mayor de la Secretaría de Hacienda convocó en Palacio Nacional a la mayoría de los emisores de vales de despensa certificados por el Servicio de Administración Tributaria (SAT), punto clave y fundamental para este proceso. Ahí se habló, entre otras cosas, de realizar una licitación consolidada del año 2020 de vales de despensa para otorgar los bonos de fin de año a los trabajadores de la actual administración. Dada la serie de requisitos que se tienen que cumplir, se pactó una nueva reunión, la cual dicen que siguen esperando.

Las empresas emisoras de vales tienen diversas preocupaciones de que este proceso termine en una adjudicación directa, que es lo que ha abundado en general en diversos contratos y todo lo que se cumplió para formar parte de una licitación haya sido en vano.

Por eso, aquí algunas observaciones de lo bueno, lo malo y lo feo.

Por ejemplo, lo bueno es que se pidió que se usaran tarjetas con chip para disminuir el riesgo de fraude y clonaciones, lo malo es que uno de los proveedores lo hizo así el año pasado y no se cumplió el objetivo de que se usara para la adquisición de despensas o electrónicos, ya que los beneficiarios pudieron hacer retiro de efectivo en cajeros, por lo que no se cumple con el objetivo de un vale. Lo feo, es que quedó la impresión de que las autoridades reunidas desconocían el modelo de negocio de vales de despensa, que deben ser emitidos por empresas autorizadas por el SAT, y que el modelo ha servido para que en esta época miles de Pymes tengan oportunidad también de ganar al recibir este instrumento como forma de pago de sus clientes.

Les explico: si se da la licitación como la vienen diseñando hasta ahora, dejaría fuera a miles de Pymes que en la época decembrina aceptan los vales de despensa en papel, ya que se planteó usar únicamente plásticos con las marcas de renombre que conocemos y quedan fuera también los monederos electrónicos que autoriza el SAT, pero además la propuesta que plantearon es que sólo serían aceptados en cuatro cadenas de autoservicio y dos tiendas departamentales, quedando fuera una gran cantidad de negocios de todos los tamaños que en diciembre y enero reciben los vales.

Otro detalle que causó ruido en esa reunión es que se les pidió a las empresas emisoras de vales una solicitud de financiamiento con 20 días de crédito. El volumen máximo que se opera es de alrededor de seis mil millones de pesos y, en estos momentos económicos, muchas empresas emisoras de vales de despensa ven más que complicado tener esa liquidez. Hablamos de la emisión por una sola vez de 500 mil plásticos, a este tema hay que seguirle la huella.

Y ya que hablamos de esta industria, muy activos andan en la Asociación de Sociedades Emisoras de Vales A.C. (Aseval) quienes han estado trabajando para que se derogue la fracción XXX del artículo 28 de la ley del ISR con respecto al porcentaje de deducibilidad, lo que traería como consecuencia que los gastos por concepto de previsión social sean 100 por ciento deducibles, tema que ya tienen seis años solicitando y ahora como están las cosas, quizá logren esta derogación. Por lo pronto, la moneda está en el aire.

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