Entorno Económico

Banxico: Las cinco preguntas clave antes de subir las tasas

Joel Virgen ofrece un ejercicio que expone más claramente los dilemas de Banxico y su espacio real de acción. A continuación cinco preguntas clave y sus respuestas.

Mi postura (fuera de consenso) desde hace ya varias semanas es que Banxico no solo optará por modificar su sesgo de política monetaria hacia uno ‘halcón’ sino que eventualmente elevará la tasa de referencia en al menos 50 puntos base antes de que concluya el presente año. Poco a poco la evidencia ha venido respaldando mi visión para la inflación y elevado la presión sobre Banxico, desde mi punto de vista. Mi expectativa no ha cambiado. Sin embargo, hoy ofrezco un ejercicio que creo que expone más claramente los dilemas de Banxico y su espacio real de acción. A continuación cinco preguntas clave y sus respuestas.

¿El problema se reduce a un efecto estadístico? No. Hace ya varias quincenas que quedó claro que la joroba inflacionaria que hemos venido presenciando se debe a otros factores adicionales al simple efecto estadístico de base de comparación anual o acarreo estadístico. Actualmente se encuentran todavía activos choques en precios relativos ligados a la pandemia, altos precios de la energía ligados a las cotizaciones internacionales y presiones de sobre agropecuarios asociados con la sequia vigente. Así, la inflación acumulada en el año (exenta del efecto de acarreo estadístico anual) ya supera en casi 180 puntos base (1.8 puntos porcentuales) a la que tiende a acumularse en un año ‘típico’ (construida con la mediana de variaciones mensuales de los últimos 10 años).

¿Es un sesgo alcista inevitable? No lo es. La inflación no está fuera de control. Las presiones al alza son perfectamente identificables y de naturaleza temporal. No obstante, el problema aquí es que son varios los choques actuando de manera simultánea, cada uno rodeado de su propia nube de incertidumbre respecto a su magnitud y duración. Más aún, las presiones introducidas ya han afectado a las expectativas de inflación de corto plazo y marginalmente las de mediano, mientras que ya hay algunas señales de efectos de segunda ronda asociados a los altos precios de las gasolinas. El anterior sí supone un problema para la autoridad monetaria, la cual podría ‘ver a través’ de las presiones inflacionarias actuales de no existir presiones en expectativas, salarios o efectos de segunda ronda.

¿Banxico tiene otra opción distinta a adoptar un sesgo ‘halcón’ y eventualmente subir la tasa de referencia? Sí. La opción sería seguir ‘viendo a través’ de las presiones inflacionarias vigentes y asumir que no se alcanzará la convergencia de la inflación al objetivo de 3 por ciento en el periodo antes supuesto (finales de 2022). El riesgo que se tendría que asumir cae dentro de la esfera de prima de credibilidad (uno de los principales activos del Banco Central). Desde luego, puede existir otro escenario. Uno donde se materialicen uno o varios nuevos choques que actúen presionando algunos precios clave a la baja en las siguientes quincenas o meses. No obstante, es difícil asumir algo así como escenario base.

¿Tiene Banxico margen para tomar una decisión antes de migrar a una nueva postura de política monetaria? Sí lo tiene. Podría darse de plazo entre el 13 de mayo (reunión de política monetaria de esta semana) y el 24 de junio (siguiente reunión) para corroborar la magnitud del descenso esperado en la inflación durante mayo. De hecho, el 2 de junio sería una fecha clave en este periodo de evaluación debido a que es la fecha en que se publicará el siguiente informe trimestral donde Banxico presentarían sus nuevos pronósticos de inflación. Sinceramente, veo difícil que no se termine por revisar sensiblemente al alza tales pronósticos.

¿Algunos ajustes al alza en la tasa de fondeo podrían descarrilar la recuperación económica local? Lo dudo. Las condiciones monetarias se encuentran actualmente sensiblemente laxas y ajustes al alza del orden de 50 o 75 puntos base no llevarían a tales condiciones a terreno restrictivo. Por el contrario, y considerando las altas tasas de inflación actuales, las tasas reales (ex-ante) han descendido más de lo esperado, creando cierto espacio para acomodar un ajuste que pudiera coadyuvar a anclar las expectativas de inflación.

Hasta aquí estas reflexiones, no sin antes añadir que aún sin las actuales presiones al alza en la inflación local, la presión sobre Banxico para ajustar al alza las tasas muy probablemente se habría presentado este mismo año. Lo anterior, en caso de materializarse un nuevo episodio de precios al alza en las tasas de interés externas (producto de la internalización de riesgos inflacionarios ligados a la recuperación de EU).

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