No se espera cambio en la tasa de fondeo a un día como resultado de la reunión de la Junta de Gobierno de Banxico programada para esta semana. Comparto esa visión. No obstante, considero extremadamente complicado que, aun sin intención, el tono del comunicado permanezca intacto. De hecho, creo que Banxico continuará internándose en territorio con sesgo ‘halcón’, a pesar de que la mayoría de la Junta todavía no esté convencida de la conveniencia de implementar una señalización ante los riesgos inflacionarios y financieros actuales. Son cuatro los elementos clave que anticipo del comunicado.
Primero, en el contexto externo destaca claramente el episodio de repunte en la inflación de Estados Unidos y un tono menos acomodaticio por parte de la Reserva Federal tras su reciente reunión. En general, podríamos coincidir con la clasificación de temporal del reciente incremento en EU, no obstante, algunos miembros del Comité de Mercado Abierto ya discuten sobre pasos iniciales en la desaceleración del estímulo monetario en EU vía la compra masiva de activos financieros.
Segundo, es cierto que los mercados locales se han comportado en un ambiente de orden y liquidez. No obstante, estamos ya en una dinámica de direccionamiento de flujos hacia el ‘puerto seguro’ que representan los mercados de EU, en especial sus valores gubernamentales de renta fija. México no ha sido exento de tal fenómeno y ha mostrado un menor saldo en la tenencia de extranjeros de valores gubernamentales.
Tercero, y en contraste con los dos anteriores, la recuperación económica continúa su marcha, aunque se avizora un ritmo más pausado hacia delante. Los signos de repunte en algunos indicadores clave de la pandemia en México dejan en claro que los riesgos para la economía siguen latentes.
La inflación continúa sorprendiendo al alza, tanto al interior del componente subyacente como del no subyacente. Para estas alturas, es claro que tales presiones van más allá del mero efecto del comparativo anual (acarreo o carry estadístico) y, aunque temporales por naturaleza, son materia de preocupación -vía la posibilidad de que se generen efectos de segunda ronda o contaminación de expectativas-. En este último campo, las expectativas de inflación de corto plazo siguen mostrando presiones al alza, mientras que las de mediano (cierre 2022) se han mantenido relativamente estables -aunque 60 puntos base por arriba del objetivo del Banco Central-. Es claro que los riesgos permanecen sesgados al alza.
En un contexto así, me resulta muy complicado descartar que al menos un par de los miembros de la Junta no estén considerando seriamente las mejores opciones de política para reforzar el anclaje de expectativas inflacionarias locales y responder al escenario en EU. En este último, la Fed podría continuar migrando hacia la idea de una recuperación sostenida en la economía y estar dispuesta a dibujar la desaceleración en el ritmo de compra de activos en un horizonte más cercano.
Tomando en cuenta todo lo anterior, anticipo un tono claramente en territorio “halcón” y una probabilidad respetable del escenario donde la decisión sea por mayoría y no por unanimidad. Si este no fuera el caso, creo que sería la última decisión unánime antes de que algunos miembros se encuentren más convencidos de actuar.