Las recientes declaraciones del Ejecutivo parecen confirmar lo anticipado por no pocos analistas y participantes en el mercado: habrá relevo para una de las cinco sillas en la Junta de Gobierno de Banxico. De nueva cuenta, habrá que tomar en cuenta varias consideraciones y recordar hacia dónde apuntan los incentivos de cada uno de los involucrados en el proceso.
Será el presidente el encargado de nominar a un nuevo miembro de la Junta. Cabe recordar que este principio lo establece la ley, de manera similar a los procesos de selección de juntas de bancos centrales al rededor del mundo. Nos podrá incomodar o no un posible conflicto de interés, pero éste se presenta casi por construcción. No obstante, siempre se tiene la opción de postular perfiles con preparación y experiencia afín, ahí el reto ético en la selección.
Es el Senado el encargado de analizar al postulante e, idealmente, confirmar que sus capacidades cumplan con los requerimientos del puesto antes de ser ratificado. Es importante en este punto recordar que, por ley, solo tres de los cinco miembros de la Junta tienen la condición de tener un perfil y experiencia ligados al sistema financiero, ya sea dentro o fuera del gobierno. Dada la composición actual de la Junta, la plaza que quedará libre no tendría dicha restricción.
Desde luego, ya se manejan nombres de posibles candidatos. Sin abonar a las adivinanzas, coincido en dos rasgos generales. Primero, es probable que sea del sexo masculino, confirmando el ánimo de diversidad impulsado por el actual gobierno (dado que ya existen tres mujeres en la Junta). Segundo, considero muy probable que el nuevo perfil salga de Hacienda, en línea con lo que parece ser un sesgo del Ejecutivo hacia los perfiles de la dependencia y su cercanía.
Es en este punto donde yo solo reiteraría dos planteamientos de los que estoy convencido. Primero, y a pesar de su origen, proceso de selección y ratificación, los miembros de la Junta tienden a adoptar los incentivos alrededor de su único objetivo, labor sobre la cual son juzgados al menos cada quincena, con cada dato de inflación: su responsabilidad en la salvaguarda del poder adquisitivo de la moneda. Segundo, sigue estando ausente un perfil con experiencia en la operatividad de los mercados financieros, cualidad que sería profundamente enriquecedora y útil, sobre todo en las actuales condiciones de alta incertidumbre.
La identidad del nuevo candidato y su proceso de ratificación podrían darse en diciembre, pero también recordemos que puede demorarse varias semanas o meses, como ya ha sucedido en el pasado.