Es muy probable que, en su siguiente decisión de política monetaria, Banxico opte por elevar la tasa de referencia una vez más, para luego mantenerla sin cambio por varios meses. Es casi irrelevante si lo hace en 25 o 50 puntos base, lo importante es que el banco central local estaría a punto de entrar a una nueva fase en su esfuerzo contra la inflación. Es muy probable que esa nueva etapa traiga consigo nuevos retos. Afortunadamente, existen varios bancos centrales en la zona que ya han dictado el fin del esfuerzo de restricción monetaria y que llevan varios meses sin modificar la tasa de referencia. Tal es el caso, por ejemplo, de los bancos centrales de Brasil y Chile. ¿Qué puede aprender Banxico de tales experiencias?
Primero. En reconocimiento de los altos niveles de incertidumbre vigentes, comenzando con las proyecciones oficiales de inflación, ningún banco ha declarado un cierre tajante del esfuerzo de astringencia monetaria. Por el contrario, se sigue advirtiendo que se encuentran alerta y dispuestos a retomar los esfuerzos que sean necesarios para coadyuvar en el descenso de las presiones inflacionarias.
Segundo. Ambos bancos centrales citados tuvieron la fortuna de hacer una pausa en el alza en tasas una vez que tanto los principales componentes de la inflación como sus expectativas comenzaban a relajarse. Es justo reconocer que el descenso de la inflación no necesariamente es una condición para detener las alzas en la tasa de política monetaria –pues dado el retraso con el que actúa la política monetaria, lo relevante es el esfuerzo realizado anteriormente y su congruencia con un descenso proyectado en la inflación futura. Sin embargo, un contexto de baja en inflación le hace la vida más fácil a los bancos centrales en cuestión.
Tercero. El descenso de la inflación, a pesar de que haya comenzado, puede no ser un proceso rápido y en línea recta. Tal como lo ha demostrado la experiencia de los bancos citados, el camino desinflacionario puede ser algo accidentado, gradual y en ocasiones con presencia de repuntes transitorios. Aquí es donde se vuelve crítica la postura cautelosa de los bancos centrales y los esfuerzos de comunicación. De aquí la importancia de mantener las condiciones monetarias restrictivas por algunos meses más -de hecho, el proceso desinflacionario ayudará en cierto momento a que las anteriores condiciones sean todavía más astringentes que en el presente.
Cuarto. Banxico tendrá que mantener una postura firme en su tono y su mensaje por algunos meses. Irónicamente, para los analistas y los participantes de los mercados, comenzará una cuenta regresiva para observar recortes en la tasa de política monetaria. En cuanto a las autoridades gubernamentales, estarán tentadas a criticar la labor del banco central y su potencial costo económico y fiscal mientras éste no comience a disminuir su tasa de interés de referencia.
Así, de materializarse un alto en el esfuerzo de alza en la tasa de fondeo el próximo 9 de febrero, Banxico comenzará una nueva fase que no estará exenta de riesgos y que requerirá de un manejo cuidadoso de la comunicación.