Entorno Económico

Nuevos choques inflacionarios

Las presiones sobre las posiciones fiscales y riesgo soberano que podrían llegar a incrementar los riesgos inflacionarios en el futuro.

Tan reciente como esta misma semana, el gerente general del Banco Internacional de Pagos (BIS), Agustín Carstens, subrayaba la posibilidad de que los altos niveles de inflación podrían persistir a nivel global. No sólo se refería a aquellas presiones que todavía existen sino aquellas que podrían surgir. A continuación, me concentro en dos eventuales presiones, una subrayada por la misma institución de diálogo y cooperación entre bancos centrales y otra que podría ya estar en marcha.

En el primer caso, el Reporte Económico Anual del Banco Internacional de Pagos incluye el análisis de un riesgo inflacionario que considera significativo: Las presiones sobre las posiciones fiscales y riesgo soberano que podrían llegar a incrementar los riesgos inflacionarios hacia delante. En específico, se toma en cuenta la posibilidad de que los déficits fiscales sigan siendo elevados en el corto plazo, lo que podría seguir estimulando la demanda interna y, a su vez, la inflación. En un entorno así, el Banco Internacional de Pagos plantea el riesgo de que la política monetaria y la fiscal trabajen en sentidos contrarios, complicando así la lucha contra la inflación.

Profundizando en las circunstancias que podrían potenciar el riesgo arriba citado, se menciona un escenario particularmente relevante. El reporte nos habla de que cuando la política fiscal falla en su propósito de estabilizar la deuda y la independencia del banco central es puesta en duda, los efectos inflacionarios de la política fiscal suelen ser mayores.

Tal escenario me remite al esfuerzo de consolidación fiscal que actualmente llevan a cabo varios países emergentes con distintos grados de efectividad y credibilidad. Más aún, las críticas al quehacer de algunos bancos centrales y la forma en que han utilizado sus herramientas de comunicación y su tasa de interés de referencia, han mermado en ciertas latitudes su credibilidad.

En el segundo caso, y aterrizando los riesgos inflacionarios a un entorno todavía más mundano y específico, es de subrayar la posibilidad de que nuevos choques de oferta se interpongan en los planes de convergencia inflacionaria en distintas latitudes del globo. En el caso de México no hay que ir muy lejos. Tras las coincidentes olas de calor que han afectado varias regiones del país, algunos cultivos corren el riesgo de ser impactados. Tal es el caso del maíz, el cual es cosechado a nivel nacional en un equivalente de casi un 25 por ciento de la producción total en el año entre mayo y julio.

En específico, el maíz cultivado en el Estado de México, uno de las cuatro entidades con mayor producción, actualmente corre el riesgo de padecer un daño de hasta del 60 por ciento de sus cultivos. La pérdida todavía no se ha materializado en su totalidad y la materialización de lluvias en las próximas semanas será una condición decisiva para aminorar la potencial pérdida.

Lo anterior nos recuerda lo frecuente, e inesperado, que pueden llevar a ser los choques de oferta y sus posibles consecuencias en precios. En el caso del riesgo citado, sus implicaciones serían acordes con un choque en precios relativos, quizás con un efecto de corto plazo. No obstante, su latencia nos recuerda lo vulnerables que pueden ser las proyecciones de inflación en el corto y mediano plazos.

El autor es analista económico del sector financiero con sede en Nueva York, Estados Unidos. Sus opiniones no necesariamente representan las de una institución financiera en particular.

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