La cifra preliminar de crecimiento económico para el segundo trimestre resultó por arriba de lo esperado. Lo anterior suma a México al grupo de no pocas economías que han mostrado un mejor desempeño a lo anticipado durante el segundo trimestre. La resiliencia mostrada, explicada en buena medida por el desempeño del mercado interno, mantiene un sesgo favorable en las perspectivas. En este contexto, subrayo tres reflexiones que considero relevantes en cuanto a las cifras del PIB y sus implicaciones hacia adelante.
Primero, la economía mexicana sorprendió ligeramente al alza con un avance trimestral de 0.9 por ciento, frente a una expectativa de 0.8 por ciento. Lo anterior parecería marginal, aunque valdría la pena considerar que esta última expectativa ya había sido revisada al alza desde un avance de tan sólo 0.2 por ciento hace menos de un mes.
Segundo. La expectativa de desaceleración es validada, pero de manera mucho más gradual a lo que se anticipaba al inicio del año. En específico, el avance económico desaceleró de un ritmo anualizado de 3.6 por ciento desde 4.1 por ciento registrado en el primer trimestre del 2023. Sin duda, dichos ritmos destacan al ser reportados por una economía que crece a un ritmo anual promedio mucho más cercano al 2-2.5 por ciento.
Tercero. El favorable desempeño muy probablemente lleve a una corrección en las expectativas de avance económico durante todo el año, mucho más cercana al 3 por ciento que al 2 por ciento. De hecho, resulta significativo el reconocer que aún, bajo un supuesto de avance trimestral nulo durante el tercero y cuarto trimestres, la economía mexicana imprimiría un crecimiento de casi 2.9 por ciento durante todo el año.
¿Significaría esto que al final no se materializará la anticipada recesión? No necesariamente. Lo que nos dicen las cifras descritas es que la economía muestra mayor resiliencia a lo anticipado. Lo anterior posiblemente apuntalado no sólo por la fortaleza relativa del consumo interno, sino también por la ausencia de recesión en EU y a pesar de la fortaleza que ha mostrado el peso frente al dólar.
De manera adicional, y tal como lo señalaba en mi contribución de la semana pasada, el efecto retrasado asociado al esfuerzo restrictivo de la política monetaria no ha sido tan evidente como se había anticipado a estas alturas del año. Esto último nos podría llevar a una conclusión adicional: es posible que las cifras de crecimiento económico le den la razón a Banxico para seguir siendo cauteloso y mantener las tasas de interés elevadas hasta observar mayor evidencia de desaceleración económica.