Entorno Económico

Escenario global: Puntos clave en la normalización monetaria

Existe la posibilidad de que el camino hacia condiciones monetarias neutras o laxas sea mucho menos lineal y con mayor incertidumbre a lo anticipado.

En general, existen marcadas similitudes en el escenario económico global, sin demasiada distinción entre países desarrollados y emergentes. Me refiero a que es posible subrayar que en general se observa un ambiente de marcada incertidumbre en un contexto desinflacionario ligado a menores precios de alimentos y energía. Por el lado de la actividad económica, se evidencia cierta resiliencia, en especial en los mercados laborales, explicada en buena parte por la fortaleza del sector servicios, intensivo en mano de obra. Ante dicho entorno, hay al menos cuatro elementos a subrayar, los cuales podrían ser clave para entender las acciones de los bancos centrales a nivel global durante los siguientes trimestres.

En primer término, los bancos centrales alrededor del mundo refrendan su compromiso con la convergencia de la inflación hacia sus objetivos, reconociendo que una proporción importante de la desinflación observada hasta ahora se explica por los componentes más volátiles de los respectivos índices de precios. Por su parte, el componente subyacente (más ligado al ciclo económico) ha mostrado mejorías mucho más discretas y a distintos tiempos.

Segundo, el comportamiento de la inflación subyacente no será la única guía que detone o gatille el inicio de los ciclos de normalización de las condiciones monetarias (proceso de recortes en las tasas de interés de referencia). El comportamiento de las expectativas de inflación de mediano y largo plazos, adicional a aquel de la brecha de producto (diferencia entre el nivel de actividad económica y su nivel potencial o de largo plazo) y el balance de riesgos sobre ambos factores, serán también clave. En específico, la mejoría en las expectativas de inflación ocurre de manera especialmente heterogénea a nivel global.

Tercero, los bancos centrales operan basados en referencias no observables directamente en la vida real. Entre dichas variables se encontrarían el sendero de crecimiento económico de largo plazo y la efectividad de los canales de transmisión de la política monetaria. Lo anterior, aunado a los elevados niveles de incertidumbre económica e inflacionaria, podrían abrir la puerta a ciclos de recorte en tasas de referencia de tipo discontinuo -en reconocimiento de la enorme probabilidad de que la política monetaria esté operando en la obscuridad, con nuevos parámetros con valores o referencias desconocidas.

Lo anterior podría derivar en que las condiciones monetarias astringentes podrían extenderse por un periodo prolongado a lo largo de una línea de tiempo con ajustes (recortes) intermitentes en la tasa de política monetaria por parte de los bancos centrales.

Cuarto, si como se sospecha en varios países, el nivel neutro de la tasa de interés de política monetaria se ha elevado respecto a los niveles prepandemia, las condiciones de laxitud monetaria podrían alcanzarse antes de lo que los bancos centrales o los mercados actualmente suponen o descuentan. Si lo anterior se hace especialmente evidente en la forma de una desaceleración económica más temprana o profunda respecto de lo que las proyecciones oficiales anticipan, en unos meses podríamos estar discutiendo la probabilidad de que se abra ante nosotros una nueva realidad de tasas de interés globales en promedio más altas.

Así, vale la pena tomar en cuenta la posibilidad de que el camino hacia condiciones monetarias neutras o laxas sea mucho menos lineal y con mayor incertidumbre a lo anticipado. Estemos preparados para escenarios de política monetaria más complejos.

Joel Virgen es el analista económico del sector financiero con sede en Nueva York, EU. Sus opiniones no necesariamente representan las de una institución financiera en particular. Twitter: @joelvirgen

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