No hubo sorpresas. La tesorera de la federación, maestra Galia Borja, fue propuesta por el Ejecutivo como nuevo miembro de la Junta de Gobierno de Banxico -todavía pendiente de ser ratificada por el Senado. Ahora queda contestar al menos tres preguntas relevantes. Mismas que de una forma u otra se han venido preguntando los participantes en los mercados. Todas ellas girando alrededor del perfil de la nueva subgobernadora y su posible impacto en las decisiones de la Junta de Gobierno.
Primero. Valdría la pena preguntarnos si los mercados tendrían que interpretar el posible nuevo nombramiento como un riesgo para la autonomía de Banxico. Lo anterior partiendo del hecho de que se trata de un perfil proveniente de las filas del gobierno federal. Desde mi punto de vista, el nombramiento no tendría que alzar cejas. La ley lo contempla y el largo historial de destacados miembros de la Junta de Gobierno provenientes de las filas del gobierno federal está ahí para revisar y contrastar. En este sentido destacaría dos elementos.
Resulta interesante el recordar que al menos dos de los últimos tres gobernadores del instituto central tuvieron como responsabilidad previa la dirigencia de la Secretaría de Hacienda. Curiosamente, en ambos casos, y hacia el final de sus responsabilidades, la tensa relación con el gobierno federal en turno fue evidente. Lo anterior partiendo del segundo elemento, los nuevos incentivos como miembro de la Junta de Gobierno son claros, visibles y abiertos. Procurar la estabilidad de precios sería la responsabilidad más visible y evidente, desde la cual todos los miembros son evaluados.
Segundo. ¿Un nuevo miembro de la Junta de Banxico proveniente del gobierno federal tendría que mostrar un sesgo 'paloma'? En este punto, considero que no existe evidencia suficiente como para pensar en lo anterior como una regla. Más aún, por lo pronto no existe ninguna evidencia de que la nueva postulante lo tenga. En todo caso, creo que es relevante apuntar que en las presentes circunstancias será muy difícil reconocer tal sesgo intrínseco en el corto y mediano plazos.
Creo que la profunda holgura económica actual, los riesgos sesgados a la baja en lo referente al crecimiento económico, en conjunto con la estabilidad de las expectativas inflacionarias y la esperada trayectoria de convergencia en la inflación general; hacen difícil que cualquier miembro de la Junta de Gobierno tenga un sesgo distinto al de recorte en tasas. Los límites en tal sesgo estarían implícitos en el nivel de diferencial de tasas de interés respecto al exterior que cada miembro esté dispuesto a enfrentar.
Tercero. ¿El nuevo miembro implicaría un nuevo balance en la Junta de Gobierno de Banxico? Sin duda, y lógicamente, este sería el caso -lo mismo que con casi cualquier candidato. Sin embargo, considero que sería sobresimplificar las cosas el decir que la Junta actual se encuentra profundamente polarizada. Simplemente no lo veo así.
Identifico más diferencias respecto a la importancia que se le da al tamaño del diferencial de tasas de interés de referencia respecto al exterior y a su potencial para detonar un evento de salida de capitales de comprimirlo demasiado. En tal contexto, no los veo agrupados en sólo dos campos, sino en varios puntos de un continuo. Así, no creo que un nuevo miembro incline la balanza claramente hacia un perfil específico.
Para terminar, y muy en lo personal, vería un mayor riesgo a la autonomía de Banxico un posible cambio legislativo en favor de un doble mandato en contraste con los nombramientos per se de cada uno de los miembros de la Junta de Gobierno.