Entorno Económico

¿Hacia un nuevo 'berrinche' de mercado?

Quizá no veremos un 'berrinche' por parte de los mercados de bonos ante el asomo incipiente de un discurso de normalización de las condiciones monetarias por parte de la Fed.

En 2013, la Reserva Federal (Fed) ya contaba con varios años de extender su esfuerzo de relajamiento cuantitativo iniciado tras la crisis de 2008. De hecho, en ese espacio de tiempo, el balance de tal autoridad monetaria ya era casi tres veces mayor a su nivel previo. En ese lapso, la Fed y sus autoridades habían repetidamente insistido en que las condiciones monetarias no serían normalizadas sino cuando la recuperación económica fuera una realidad y un conjunto de variables (destacando el desempleo y la inflación) se ubicaran en sus niveles objetivo de largo plazo.

Bastó un comentario del entonces presidente de la Fed, Ben Bernanke, en referencia a que, hacia delante, se podría reducir el volumen de compra de activos, para desatar una reacción significativa en los mercados. Tal 'berrinche' llevó al desplome de los precios de los Bonos gubernamentales en EU en un esfuerzo (o pánico) de los participantes de adelantarse lo más posible a tal evento. Tal episodio quedó en la historia como el taper tantrum o 'berrinche' ante señales de moderación en la compra masiva de activos por parte de la Fed.

En la actualidad, la Fed vuelve a encontrarse en un contexto de engrosamiento de su balance, explicado por un nuevo esfuerzo de compra masiva de activos en su afán de relajar al máximo las condiciones monetarias. El objetivo de la Fed, como hace más de diez años, es tender una mano a la recuperación económica de EU tras la recesión de 'el gran encierro' de 2020. No obstante, el actual presidente de la Fed, Jerome Powell, no ha dejado de insistir que el Banco Central no planea dar marcha atrás en su esfuerzo pronto.

Sin embargo, los mercados en EU ya han dado señales de inquietud ante el temor de que el histórico estímulo fiscal detone un sobrecalentamiento económico y reviva a la inflación mucho más rápido de lo que cualquier proyección de la Fed indicaría.

Las señales no son claras. Por un lado, las últimas encuestas por parte de la Fed revelan que los consumidores en EU planean volver a dividir sus cheques de apoyo en tercios: consumo, pago de deudas y ahorro precautorio. De hecho, son los hogares con menores ingresos los de mayor disposición a consumir, en relación con aquellos con mayores ingresos que planean ahorrar los recursos.

En contraste, la administración Biden planea seguir adelante con su propuesta de elevar los impuestos. Si bien no se anticipa que la base de afectación sea generalizada, el consumidor estadounidense no es indiferente a la noción de 'equivalencia ricardiana'. Es decir, el significativo engrosamiento de la deuda pública que financia los actuales estímulos vuelve a recordar que todo se resume a elegir entre pagar impuestos hoy o hacerlo mañana.

Lo anterior me lleva a pensar que el sobrecalentamiento económico en EU no es un escenario con probabilidad abrumadora, pero habrá que tomarnos muy en serio la reacción de mercado ante el asomo (aún transitorio) de presiones inflacionarias en el corto plazo. Esto es especialmente relevante al reconocer que las autoridades monetarias suelen privilegiar el gradualismo y la administración de expectativas precisamente en su intención de no generar súbitas y desordenadas reacciones de mercado. No obstante, el dilema viene del lado de los incentivos de mercado. Éstos poco saben de gradualismo, básicamente resulta contraintuitivo esperar un ajuste gradual, casi coordinado, entre mercados, inflación y retórica de la Fed.

Todo lo anterior me lleva a pensar que en esta ocasión quizá no veremos un 'berrinche' por parte de los mercados de bonos ante el asomo incipiente de un discurso de normalización de condiciones monetarias por parte la Fed, la inflación emergente podría en esta ocasión detonar el ajuste, aunque la inflación no llegue para quedarse.

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