Entorno Económico

¿Plan de reactivación o de contención de daños?

Los apoyos fiscales que México ha implementado desde iniciada la pandemia suman entre 0.6 y 0.8% del PIB, frente a una media cercana a 3.5% en el bloque de países emergentes.

¿Es factible la introducción de un plan de reactivación económica en México? Sin duda es factible. No obstante, más allá de su diseño, alcance e instrumentación, la pregunta relevante tiene que ver con su pertinencia. Usualmente los planes de reactivación suelen implementarse una vez ocurrido el choque económico, tanto aquellos con epicentro local como externo. En el presente caso, el choque, materializado en la pandemia, sigue siendo un choque en desarrollo donde atañe más un plan de contención de efectos económicos adversos que uno de reactivación.

Creo que el gran reto actual es reconocer el fluido choque económico y las posibles políticas que pudieran atemperar sus principales consecuencias de mediano y largo plazos dadas las restricciones fiscales y el limitado margen para coordinar un esfuerzo de reapertura económica dado el actual ritmo de contagios por Covid-19 y la capacidad hospitalaria. A continuación, un repaso al tipo de medidas implementadas en otras plazas emergentes divididas en dos grandes grupos, aquellas que implican un gasto público adicional y las que requieren un sacrificio de ingresos públicos.

Recordemos primero que los apoyos fiscales que México ha implementado desde iniciada la pandemia suman entre 0.6 y 0.8 por ciento del PIB, frente a una media cercana a 3.5 por ciento en el bloque de países emergentes. De hecho, otros países latinoamericanos han dedicado entre 8 y 9 por ciento del PIB -tal es el caso de Chile y Brasil-. Sin duda, en la asignación de esfuerzos fiscales contracíclicos se encuentra el dilema del deterioro del perfil fiscal que tendría como contrapartida la posibilidad de acotar los daños a la capacidad de crecimiento económico y creación de empleo en el mediano y largo plazos -amén de la protección de sectores sociales y productivos vulnerables.

En el grupo de los esfuerzos fiscales por el lado del gasto articulados en otras latitudes emergentes, podemos ubicar la implementación de medidas de apoyo a Pymes tales como subsidios salariales y salarios complementarios, reducción del IVA o devolución de impuestos del periodo fiscal previo y reducción de impuestos para Pymes ubicadas en las zonas más afectadas por mencionar solo algunos.

En el caso de los hogares de los grupos más vulnerables, las políticas se han centrado en transferencias en efectivo a los hogares más vulnerables, subsidios extraordinarios adicionales para pensionados y apoyos directos e indirectos para la alimentación de estos grupos. Los subsidios temporales a tarifas de servicios básicos han sido también articulados.

También se ha experimentado en otros países con apoyos fiscales por la vía de reducción de ingresos implícitos en la forma de recortes temporales de impuestos a corporativos e individuos propietarios que opten por reducir alquileres comerciales, reducción de tarifas de alquiler para inquilinos de propiedades públicas y tarifas de instalaciones aeroportuarias, puertos y terminales de carga. En la misma línea, se han introducido reducciones a contribuciones patronales al sistema de pensiones en los sectores más afectados, disminución de contribuciones patronales a la Seguridad Social y recorte a impuestos corporativos de sectores esenciales, incluido el turismo.

También se han observado políticas que han apoyado a industrias vía subsidios a tasas de interés para empresas que busquen financiar salarios y a empresas de importancia sistémica, condicionado a que el empleo se mantenga por encima de un nivel de referencia.

Considerando lo anterior, es obvio que opciones y experiencias con apoyos fiscales ya hay bastantes en el mundo emergente, algunos de sus resultados también a la luz. Lo que falta ahora es replantearse a nivel local la pertinencia de minimizar el deterioro en el perfil fiscal en reconocimiento de que el costo no es cero, se pone en juego la capacidad de crecimiento económico y el bienestar de los grupos sociales y productivos más vulnerables.

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