Parteaguas

El ‘hijo’ del coche y el smartphone

Desde el inicio del año Foxconn divulgó que se prepara para fabricar automóviles eléctricos de la marca Fiske. Pero lo de la semana pasada fue un brinco sorpresivo.

Si no han manejado un coche eléctrico o un híbrido les resultará difícil de entender lo que se viene.

Una vez que alguien tiene esa experiencia, regresar a un automóvil totalmente dependiente de la gasolina puede parecerle como volver a los viejos Nokia, luego de probar un smartphone.

Aquí en México, salgan a la calle y verán lo común que es ver ya circulando al menos uno de los nuevos Prius, de Toyota. Obviamente su ventaja está en el ahorro de combustible, pero no lo subestimen en las prisas cuando hay que rebasar, puede arrugarles la frente lo que hacen su motor eléctrico y el de combustión, juntos.

Los taiwaneses de Foxconn saben que esa sensación que tiene la gente con esos artefactos provocará una tormenta y están listos.

Es normal que la gente conozca poco esa empresa taiwanesa aunque la mayoría tenga en la mano un celular con partes fabricadas por ésta. Tiene una enorme planta en Ciudad Juárez, a media hora de El Paso, Texas, en la que produce partes para computadoras.

Si bien esta empresa es casi desconocida en México, es probable que todo el mundo sepa el nombre de uno de sus clientes para el que fabrica mucho de lo que necesita un smartphone: Apple.

Desde el inicio del año Foxconn divulgó que se prepara para fabricar automóviles eléctricos de la marca Fisker, una nueva empresa estadounidense de vehículos eléctricos. Pero lo de la semana pasada fue un brinco sorpresivo.

Anunció una nueva empresa llamada Mobile Drive, que comparte a mitades con Stellantis, un gigante que por si no se enteraron, es producto de la fusión surgida a principios de este año entre Peugeot y Fiat-Chrysler.

¿Conocen esos casos en los que la novia se cansó de esperar la pedida de mano?

Lo de Foxconn tiene muchas similitudes con esa situación cuando se le compara con la espera a que Apple se aviente a producir su coche. No es que los de California no quieran fabricarlo, el asunto es que no avanzan.

Pero el mundo no va a esperar a que esa compañía tenga su iCar y a que todos los países instalen suficientes electrolineras.

El ascenso de los coches eléctricos y sus primos híbridos ocurrirá quizá tan rápido que, como ocurrió con los celulares, cuando toda la gente salga a la calle no sabrá cómo ni cuándo estos coches se convirtieron en protagonistas relevantes en todos los estacionamientos.

De nuevo, vuelvan al asunto de los Toyota aquí en México. Si quieren del lado el Prius C, que es el más ‘económico’ y popular por su precio de 366 mil pesos. La compañía vende el Camry híbrido a un ritmo de casi seis por día y el Corolla, también híbrido, al paso de 15 diariamente, en promedio. En total, de esta categoría sustentable, la compañía colocó 2 mil 865 coches en abril.

Toyota apuesta a un Reto Medioambiental 2050 que para este año impone la meta de colocar al menos 20 por ciento de sus ventas anuales en vehículos híbridos electrificados.

Hasta aquí no hemos hablado de las metas de GM para dejar de vender coches a gasolina en 2030; tampoco de lo que planea hacer Volkswagen… o Tesla, que en unas semanas abrirá una nueva sucursal en Mérida, Yucatán.

Lo de Foxconn con Stellantis es otra cosa. Es la confirmación de que viene una combinación de dos productos que la gente en México, como en el resto del mundo, compra como si fueran indispensables: celulares y coches.

Hon Hai Precision Industry —como cotiza la taiwanesa en el mercado de valores— vale ya 48 por ciento más que hace un año. Se subió a la ola de revalorización de empresas tecnológicas, pero desde una perspectiva distinta.

En vez de hacerlo desde el lugar de compañías ricas con grandes márgenes de ganancia —como Facebook, Apple o Alphabet— lo hace desde una relativa ‘pobreza’ de apretados márgenes (EBITDA) de apenas 3.4 por ciento.

Es decir que ya después de pagar impuestos a sus accionistas, les quedan apenas 2 dólares por cada 100 que cobran como ganancias netas. Obviamente, siempre perseguirán el margen de su cliente, Apple, que les deja a sus dueños una utilidad neta de 23 dólares por cada 100.

Si quieren ver su ascenso, visiten de vez en vez las agencias de Fiat, Peugeot o Chrysler, en donde pronto deben aparecer los frutos de Mobile Drive, de Foxconn.

El autor es director general de Proyectos Especiales y Ediciones Regionales de El Financiero.

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