Así lo dijo ayer al aire: “Gracias a este periodista que nos ayuda a ver lo que pasa en ese mundillo de la tecnología”.
Para este conductor de un noticiario de radio y para mucha gente, quizá, la tecnología sigue siendo un ‘mundillo’ aparte. Algo quizá limitado al Facebook y alguna otra red social.
De ser el caso, lo que hacen en estos días los dueños de la Budweiser y de Grupo Modelo luce totalmente fuera de contexto. Como si estuvieran en otro planeta.
La empresa en cuestión es la gigante cervecera AB Inbev, propietaria también de la marca Corona. Acaba de invertir 180 millones de pesos en lo que ellos llaman una ‘torre de control’ ubicada en Aguascalientes, en donde a través de sus monitores, decenas de personas revisan día y noche en donde están y qué hacen más de 6 mil camiones repartidores que mueven sus productos por las calles de México, Honduras, El Salvador, Colombia, Perú, Ecuador, República Dominicana…
En sus primeros 30 días de operación, ahí encontraron algo que nunca habían visto en la compañía. Todo, a partir de trabajar con datos en tiempo real, en lugar de hacerlo revisando al día siguiente hojas de información cargada manualmente, me contó Ana Lucía Rosano, una ingeniera en genética por el ITESM.
Ella es la joven directora de transformación logística de AB Inbev, quien descubrió que casi la mitad del tiempo en el cual los camiones no estaban entregando Corona o Negra Modelo, se encontraban en los almacenes de la empresa.
Bajarle a los costos de diésel y vender más cervezas, pasa entonces por mejorar la productividad en las bodegas y no necesariamente en las actividades o habilidades de los choferes.
¿Pero cómo dieron con la tecnología necesaria para tener información precisa de cada conductor en todo momento?
Entre otras, contrataron a Frotcom, una empresa global con origen en Portugal, dirigida por Valério Marques, que perfeccionó un software de flotillas ‘inteligentes’.
Ahora, Ana Lucía Rosano y su equipo combinan esa plataforma con otros proveedores digitales y ponen todo en práctica en distintas regiones de Latinoamérica.
Con ello, casi sin notarlo, obtuvieron un sistema único de logística especializado en distribuir productos de consumo frecuente en una región llena de señales de tránsito confusas y quizás el mayor número de baches y topes del planeta. Una zona además, en la que AB Inbev ya vende 10 por ciento más cervezas que antes de la pandemia.
Lo que consiguieron a través de esta experiencia es un producto regional especializado que pronto podrían ofrecer a otras compañías. Eso puede traer millones de dólares frescos a la compañía. Los fabricantes de refrescos, de tortillas o de yogur, potenciales clientes, ponen atención a esta oferta.
Esto ocurre ya con cierta frecuencia. En este espacio expuse previamente que en la planta yucateca de Modelo, empleados locales pusieron en práctica una combinación de software conectado con sensores dispuestos en máquinas que usando algoritmos permite hacer predicciones, por ejemplo, de cuando sutiles vibraciones advierten que es indispensable cambiar piezas, antes de fallas. Esa inteligencia artificial reduce las mermas, digamos, por envases rotos.
Este sistema creado en México es el primero en el mundo para AB Inbev y ese ingenio hecho en México pronto estará en otras partes del mundo.
Esos ejemplos funcionan como argumento para lo que la directora de transformación logística explica así en síntesis: “Ésta es una empresa de tecnología, que distribuye y vende cerveza”. Ya consideran participaciones accionarias en pequeñas empresas tecnológicas.
Es un fenómeno que tiene réplica en la industria nacional. Cemex, lanzó hace algunos años Cemex Go, una plataforma logística para su concreto, que puede resultar útil también para acereras. Bepensa, una refresquera del sureste nacional, creó algo parecido a una red social para sus empleados, con la que entre todos alertan de anaqueles o refrigeradores que deben rellenarse. Bimbo avanza con tecnología en camiones eléctricos.
Parece que el mundillo que cada vez se achica más es el de quienes han quedado al margen del avance de la tecnología digital.
El autor es director general de Proyectos Especiales y Ediciones Regionales de El Financiero.