Parteaguas

Mucha atención a los Ray Ban de Zuckerberg

¿Riesgos? La tecnología de reconocimiento facial ya usada podría servir discretamente a cualquiera para saber más acerca de las personas que uno se tope en la calle.

Quienes puedan hacerlo, acuérdense de cuando no existía el iPhone. Todos los demás guarden en la memoria este 2021 en el que todavía no existían los nuevos lentes de Ray-Ban, los Stories.

Tienen el típico diseño usado por James Dean de esa vieja marca que muchos conocen también por las conocidas gafas de aviador.

Pero los Stories, presentados al inicio del mes, tienen audífonos y dos discretas minicámaras, una en cada extremo del marco, sobre el cristal. Con solo tocar un botón, es posible grabar video o tomar fotografías.

Parece un juguete entretenido que venden a cambio de 299 dólares, que ustedes pueden ir pidiendo a su paisano que vive en Estados Unidos; equivalen a unos seis mil pesos, para cuando lleguen a México, lo que aún no ocurre.

Pero ese producto abrió la puerta a un cambio social sin precedentes ni dimensión exacta.

Considérenlo el hijo entre Facebook y la dueña de Ray Ban, EssilorLuxottica.

A diferencia de aquellos que creó en su tiempo Google, quien los porte no lucirá como un androide inadaptado; incluso es posible que su dueño pase desapercibido, a menos claro, de que los esté grabando mientras los observa.

Los lentes reciben la señal de su portador, verbalmente o mediante un botón, y automáticamente encienden un led que indica su actividad mientras registran lo que ocurre desde la perspectiva de quien los usa. Eso ya es impactante, pero es la mitad del camino.

Hasta ahora, los lentes en cuestión colaborarán en el enriquecimiento de contenido en la cuenta de ‘Instagramers’ que suban a las plataformas de Facebook videos quizás más personales.

Piensen, por ejemplo, en convencer a los porteros de usarlos para registrar acciones de gol desde la mejor perspectiva posible. Los médicos podrán ser entrenados a distancia con esos dispositivos que permiten tomar llamadas sin usar las manos.

En el otro extremo, es posible que los bancos exijan ahora retirarse los lentes a la hora de entrar a una sucursal, o que las fábricas impidan su uso ante el temor de fugas de información estratégica.

Solamente la imaginación pondrá límites al uso de estos dispositivos, para bien o para mal.

Pero lo que sigue es la realidad aumentada. Piensen en que Facebook es la empresa dueña de Oculus, esa compañía productora de visores poco estéticos llamados Oculus Quest, que permiten ‘meterse’ a los videojuegos, en lugar de hacerlo mediante una pantalla y botones.

Combinar esa tecnología con los Stories de Ray Ban podría poner a muchos en acción.

Los corredores urbanos matutinos ahora podrían participar en juegos que les motiven con la obtención de premios que deben alcanzar mientras tratan de alcanzar cada kilómetro, digamos.

En la tarde, esa misma persona podrá echar un café con sus amigos, dueños de sus propios lentes, sin reunirse físicamente. Los detalles son resueltos en estos días por el equipo de Mark Zuckerberg, fundador de Facebook.

¿Riesgos? La tecnología de reconocimiento facial ya usada, digamos, cuando les ‘etiquetan’ en una foto, podría servir discretamente a cualquiera para saber más acerca de las personas que uno se tope en la calle. De eso no se habla aún en la empresa basada en California.

De lo que sí se conversa es de cómo va a cambiar los negocios. Facebook tiene listo un sistema de transferencias de dinero que ya utiliza en Brasil o en India. Eso se sumará a aplicaciones para empresas como las ya existentes en su WhatsApp, y la realidad aumentada de sus lentes eventualmente podrá permitir ‘probarse’ un atuendo, lo que está a punto de cambiar el modo en que la gente compra unos tenis o un viaje…

Lo que ya cambió es el destino de EssilorLuxottica, el corporativo basado en Charenton le Pont, Francia.

Se convirtió de un golpe en una empresa tecnológica que ya vale 74 mil millones de euros, casi el doble del valor de América Móvil, para fines de comparación.

Entre sus dueños principales están los gigantes BlackRock y Vanguard Group, que también están entre los principales de Facebook. Su acción, aunque está en precios récord, todavía cotiza debajo de lo que valen unos Ray Ban Stories.

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