La pandemia no ha terminado. Pero varios dicen que lo peor ya pasó. Es pronto para confirmar. ¿Pero de ser así, qué sigue?
Los mexicanos aún preguntan en Google sobre el significado de síntomas relacionados con el virus que enfrentan los humanos desde hace dos años, es un hecho. También lo es que la misma plataforma indica un minúsculo número de quienes lo hacen, comparado con quienes preguntaban al respecto en agosto.
En la Ciudad de México ya casi nadie consulta en línea sobre el tema, de acuerdo con Google Trends.
En Sudáfrica –que avisó primero sobre la variante ómicron–los casos bajan y ayer Nate Silver dijo lo siguiente en Twitter con respecto a lo que ocurre en Nueva York:
“Disminución en las búsquedas de Google de síntomas de COVID en el área metropolitana de Nueva York durante la última semana. Me hace preguntarme si el pico de infecciones en la ciudad ya pasó o está sucediendo ahora, aunque los casos notificados probablemente tardarán más en alcanzar el pico debido a la acumulación de pruebas y los retrasos en los informes”.
Es una hipótesis más, pero ésta es del individuo cuya fama y empresa dependen de anticipar tendencias.
Revisemos los mercados. ¿Por qué la empresa que ganó más valor ayer en las operaciones bursátiles de México fue Alsea? Se trata de la dueña de Starbucks en Iberoamérica, que depende de que los Chili’s y otros restaurantes se llenen de gente otra vez.
En 20 días, la compañía de origen mexicano se hizo 12.4 por ciento más valiosa, de acuerdo con la cotización de sus acciones recopilada por Bloomberg.
Uno puede levantar optimismo fácilmente en YouTube, comenzando por el del presidente Andrés Manuel López Obrador, cuyo mensaje de año nuevo grabado y transmitido desde el palacio que habita, hizo énfasis en el mejor porvenir que a su juicio se acerca en este 2022.
Consideren que este hombre estima que este año Tabasco comenzará a entregar gasolina a los mexicanos por primera vez en la historia. Una meta de vida.
Elon Musk dijo lo mismo de otro modo. Primero, con una convocatoria emitida desde Twitter: “Let’s make the roaring 20′s happen!” Algo así como “¡hagamos que los rugientes años 20 ocurran!”
Luego, menos elegante, en la misma plataforma mostró el domingo un meme en cuya imagen un gran felino está a punto de recibir un pequeño impacto en los testículos. “2022, aquí vamos”, reza el texto de la publicación.
Este lunes, las acciones de su empresa más visible, Tesla, elevaron 13.5 por ciento su precio, un salto porcentual mayor al que dieron las de Apple, compañía que ocupó los titulares de los medios por alcanzar ayer un valor de 3 billones de dólares (3 trillion), luego de su aumento de 2.5 por ciento.
La empresa de Elon Musk ya superó 1.2 billones de dólares en valor (1.2 trillion) montada en las altas ventas de sus coches eléctricos. Los datos superaron lo que los analistas esperaban.
No ha desaparecido la posibilidad de que surja una nueva variante de coronavirus que acabe con las esperanzas de los más optimistas, pero la información disponible hoy permite vaticinar entre otros, al menos un escenario de final para este largo periodo de la historia.
De confirmarse, el futuro no implica un regreso al punto de inicio. No habrá tal cosa como una vuelta a lo que fue la gente en enero de 2019.
Varias corrientes movieron el destino. Nueva medicina basada en la intervención de ARN en las células; un pronunciado aumento en el número global de usuarios de internet que ahora están más entrenados para comprar en línea; autos eléctricos; criptoactivos adicionales al Bitcoin que involucraron a los bancos centrales en una carrera por emitir sus propias monedas digitales… Los locos, los rugientes años 20 no se aproximan, esa ola ya revuelca a quien no la navega.